Un incendio en un taller y concesionario de coches desató ayer la alarma en el polígono Can Valero. Varios empleados se encontraban en el interior y una espesa cortina de humo negro no tardó en alzarse. Los trabajadores sacaron a toda prisa los numerosos vehículos antes de que resultaran afectados por las llamas, y finalmente no hubo que lamentar daños personales.

El fuego se inició sobre las once y cuarto de la mañana en las instalaciones de pintura de coches del concesionario de Renault situado en la calle Asegra. Un humo altamente tóxico se empezó a extender por todos los rincones.

Ante la posibilidad de que personas pudieran haber quedado atrapadas por las llamas en el interior, un dispositivo especial de emergencias se activó de inmediato. Numerosas dotaciones de Bombers de Palma se movilizaron para sofocar el fuego. También acudieron efectivos de la Policía Nacional, Policía Local y ambulancias del Ib-salut.

Como medida preventiva, se ordenó el desalojo de las naves anejas. Mientras, a los empleados de las empresas siuadas en las proximidades se les conminó a permanecer en el interior ante el serio riesgo que suponía para la salud respirar el humo tóxico.

Colaboración de los 'vecinos'

El fuego amenazaba con extenderse a la empresa de productos químicos de tratamiento de piscinas Sillero, situada a escasos metros del taller. De hecho, los mismos empleados de esta firma alertaron al taller de que se había declarado un incendio. "Hemos intentado colaborar al máximo con los vecinos", apuntó Maricruz Sillero, la directora comercial.

"Si las llamas llegan aquí, tenemos un problema. Les dimos mascarillas grandes con filtros por si tenían que entrar a sacar coches, para que no respiraran el humo", indicó la directiva."También hemos sacado las mangueras para refrescar y evitar que se calienten los depósitos de agua y cloro", subrayó.

Los bomberos se adentraron en el taller provistos de equipos de respiración autónoma. Muchos de los materiales almacenados allí eran altamente inflamables. Buena prueba de ello es que la cabina de pintura quedó completamente destrozada por la acción de las llamas.

Uno de los propietarios del concesionario Renault, José Carlos Iscar, se congratuló ayer de que no hubiera que lamentar daños personales en el incendio que se había declarado en el taller. "Por suerte solo ha afectado a la cabina de pintura y esto lo cubrirá el seguro", recalcó.

Se da la circunstancia de que hace dos años el dueño del taller también sufrió un trágico accidente relacionado con el fuego en Campanet. Durante la celebración del Oris Rally Clásico, el Renault 5 Super Turbo que conducía se estrelló contra un árbol. El copiloto, José Lumbreras de 31 años, falleció y él sufrió gravísimas quemaduras.