Más de una veintena de presos del centro penitenciario de Palma han sido trasladados a la península en un avión habilitado para ello bajo fuertes medidas de seguridad. El operativo activado para desplazar a los reclusos se produjo el miércoles de la semana pasada y entre los internos que fueron derivados a otras cárceles del país se encuentra el preso que denunció la pasividad de los responsables del centro penitenciario de Palma ante el mal estado en el que se encontraba un compañero, que acabó falleciendo horas después en diciembre de 2016.
Los abogados del Equipo 25.2, que vela por los derechos de los reclusos, han denunciado ante el juzgado de instrucción de Palma que investiga la muerte del preso y si se produjo un delito de omisión del deber de socorro, como también ante el juzgado de vigilancia penitenciaria que el traslado de este último preso que rellenó tres instancias oficiales en las que alertaba del delicado estado en el que se hallaba su compañero y "rogaba" que un médico le atendiera cuanto antes se ha llevado a cabo sin mediar ninguna resolución administrativa al respecto.
Este interno se encuentra en régimen preventivo y, según el Equipo 25.2, no se le notificó el cambio de prisión. El afectado relató a sus letrados que se trataba de un acto de represalia por haber denunciado el caso de su compañero.
Según su versión, el pasado miércoles varios funcionarios acudieron a su celda y le lanzaron varios reproches como: "¿Ahora qué?, ya te pensarás denunciar otra vez" o "¿qué te creías que te ibas a quedar aquí después de chivarte?".
Acto seguido, le llevaron al aeropuerto de Son Sant Joan y, junto con más de dos decenas de otros reclusos, los enviaron a varias cárceles de la península en un mismo avión.
Este preso ya denunció a finales del mes de marzo que sufrió un registro ilegal en su celda. Según apuntó, los funcionarios del módulo donde está recluido se presentaron en su habitáculo y empezaron a registrar sus enseres y documentos personales e incluso habrían leído sus cartas personales, por lo que la asociación Equipo 25.2 amplió su denuncia por obstrucción a la justicia y descubrimiento de secretos.
El denunciante remitió tres instancias a la directora de la cárcel, el subdirector de seguridad y el servicio médico de urgencias el pasado 22 de diciembre en las que alertaba de la situación de su compañero. Al día siguiente, fue hallado muerto en la celda. Sufrió una muerte súbita, pero los análisis detectaron estupefacientes.
