Cuando apenas han transcurrido 15 meses del hallazgo de los cadáveres de cuatro perros envenenados en una finca de Ariany, otros dos canes han muerto emponzoñados el pasado miércoles en este mismo lugar. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto una investigación.

"Sobre las siete o siete y cuarto de la mañana mi hija vio a un hombre dentro de la finca", indicó ayer Francisca García. A las pocas horas, sus siete perros yacían en el suelo envenenados. Dos de ellos, Kira y Nano, fallecieron.

"Me compré esta finca en Ariany para tener aquí a los perros sin molestar a nadie, pero haygente que se ha dedicado a envenenarlos", comenta Francisca García apesadumbrada.

En principio, los animales habrían sido emponzoñados con la misma sustancia con la que, en diciembre de 2015, acabaron con la vida de cuatro pequeños canes: veneno para caracoles. No obstante, aún está pendiente del informe toxicológico para determinarlo con exactitud.

Transcurridos unos días, la dueña de los canes acudió el pasado domingo a las dependencias de la Guardia Civil para interponer la correspondiente denuncia. Efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza del Instituto Armado se han hecho cargo de la investigación.

Por el momento, tres guías caninos de la Guardia Civil con perros especialmente adiestrados en la detección de venenos inspeccionaron la finca de Ariany y encontraron restos del veneno que habían utilizado para matar a los animales. Otros cinco pudieron ser salvados a tiempo tras practicarles un lavado de estómago de urgencia.

Pese a que Francisca Ruiz aún no se había repuesto por completo de la pérdida de los otros cuatro canes en diciembre de 2015 cuando ha tenido que afrontar la muerte de otros dos animales, ahora se muestra mucho más esperanzada de poner fin de una vez por todas a este calvario.

"Hace cuatro meses coloqué una valla de dos metros de altura para que nadie pudiera entrar en la finca. Y a pesar de ello alguien entró", indicó la dueña de los animales. Tras interponer la denuncia ante la Guardia Civil, confía en que los agentes puedan detener a los presuntos autores del envenenamiento. Máxime cuando el intruso que se había colado el miércoles podría estar relacionado con la muerte de los canes y con un presunto delito de allanamiento de morada.