Una potente explosión sacudió ayer a mediodía el centro de Esporles. La deflagración, provocada por la acumulación de gas butano en un piso a escasos metros del Ayuntamiento y la iglesia, causó graves quemaduras en la cara y las manos a un hombre de 72 años, enormes daños en la estructura y el tejado del edificio, un gran operativo de emergencias y un tremendo susto a los vecinos. "Ha sido un estruendo enorme, como una bomba", recordaba el camarero de un bar cercano. Las dos viviendas de la finca, así como la oficina de la Policía Local y una sucursal bancaria situadas en los bajos, fueron desalojadas ante el riesgo de derrumbe. Los bomberos sofocaron un pequeño incendio en el piso y trabajaron durante todo el día para retirar los restos del tejado que amenazaban con desprenderse, mientras los TEDAX y la Policía Judicial de la Guardia Civil investigaban lo ocurrido. Las primeras hipótesis apuntan a que en la vivienda de la víctima, que sufre un deterioro cognitivo, se produjo una fuga de gas butano por un descuido.

Un perro con quemaduras

En cuestión de minutos, el centro del pueblo quedó tomado por los servicios de emergencias. Varias dotaciones de los Bombers de Mallorca, procedentes de Sóller, Calvià y Llucmajor, patrullas de la Guardia Civil, cuatro ambulancias y efectivos de la dirección general de Emergencias acudieron al lugar.

Lo primero que hicieron fue comprobar que en el edificio no había nadie más. Un vecino encontró en la calle el perro de la víctima, que tenía algunas quemaduras y estaba muy nervioso. Fue atendido por un veterinario.

Los facultativos del Ib-Salut comprobaron que el estado del septuagenario era bastante grave. Había sufrido quemaduras de segundo y tercer grado en un tercio del cuerpo, especialmente en la cara, la cabeza y los brazos, y fue trasladado rápidamente al hospital Son Espases, donde quedó ingresado. Los facultativos valoraban la posibilidad de derivarlo a un hospital de la península con unidad específica para el tratamiento de quemaduras.

Los bomberos consiguieron sofocar el incendio en la vivienda en cuestión de minutos. El inmueble quedó completamente destruido por la potente explosión. Los daños se extendían a todo el edificio: en la fachada se abrieron grandes grietas, una parte del techo se derrumbó, el voladizo acabó cayendo a la calle y la estructura quedó debilitada. Como medida preventiva, tanto la vivienda de la víctima como la del primer piso, donde vive un matrimonio mayor, fueron clausuradas a la espera de que los técnicos municipales analicen hoy la situación y las medidas a adoptar, según explicaron fuentes de los servicios de emergencias. También quedaron cerradas la entidad bancaria y la oficina de la Policía Local situadas en los bajos del inmueble.

Durante el resto de la jornada, los bomberos trabajaron para minimizar las riesgos. Con una autoescala, fueron retirando una a una las tejas que corrían peligro de venirse abajo y otros elementos de la fachada, como una cañería. La calle fue cortada al tráfico para facilitar estos trabajos. Los bomberos tenían previsto revisar después los tabiques y los falsos techos para limpiarlos y evitar desprendimientos.

Los primeros indicios recabados por los Bombers de Mallorca sobre las causas de la explosión apuntaban a una deflagración causada por la acumulación de gas butano. En el domicilio de la víctima se encontraron varias bombonas, que fueron retiradas. La Guardia Civil abrió una investigación formal sobre lo ocurrido. Agentes de la Policía Judicial se desplazaron a Esporles para recabar pruebas e intentar averiguar las causas de la deflagración. Un grupo de Técnicos Especialistas en Desactivación y Análisis de Explosivos (TEDAX) inspeccionó la escena e incluso se buscaron huellas dactilares en las bombonas de butano.

La información recabada ayer por los investigadores apuntaba a un descuido de la víctima como origen de la deflagración. El hombre, según fuentes conocedoras del caso, vive solo y padece un incipiente deterioro cognitivo. Al parecer, el septuagenario habría dejado abierto el paso del gas en una estufa de butano, que se acumuló durante varias horas en la vivienda. Según esta hipótesis, la víctima habría encendido un cigarrillo o tratado de prender la estufa, provocando así la explosión. La Guardia Civil continuaba recabando datos y pruebas para confirmar esta posibilidad.