La Policía Nacional detuvo el lunes en Palma a un reservista voluntario de las fuerzas armadas con conocimientos militares por un delito de tenencia ilícita de armas y depósito de municiones al descubrir en su taller de coches en el polígono de Son Castelló un arsenal compuesto por un fusil de asalto, una pistola de fogueo, cargadores, carcasas de granadas, una espoleta, machetes y más de medio millar de cartuchos. El sospechoso, de mediana edad, quedó ayer al mediodía en libertad por orden judicial con obligación de comparecer de forma periódica en los juzgados.

El hombre alegó que era coleccionista, cazador y un asiduo a las ferias de este sector. Según su versión, ha acudido a diversos eventos en el extranjero para adquirir efectos paramilitares. El arrestado admitió que una parte de las armas incautadas eran suyas como coleccionista, pero dijo que otras piezas eran de un familiar. Según indicó, su allegado, también cazador, las dejó en un vehículo del que finalmente tuvo que hacerse cargo. Algunas de las armas intervenidas por la Policía tenían los permisos caducados.

Tras prestar declaración ayer al mediodía en el juzgado de instrucción número 1 de Palma, en funciones de guardia, el detenido fue puesto en libertad. El magistrado acordó la medida cautelar de comparecencias periódicas y requisó el arsenal de armas.

La Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Policía Nacional descubrió el pasado lunes el armamento durante una inspección realizada en un taller de vehículos en el polígono de Son Castelló, junto con la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social.

Los investigadores hallaron en la nave un depósito de armas y numerosa munición. Los agentes se incautaron de un fusil de asalto ruso marca Vyatskie Polyany, calibre 7,62 con mira telescópica de precisión, más de 400 cartuchos de calibre 7,62 aptos para el arma anterior, una pistola de fogueo, un centenar de cartuchos de 9 milímetros parabellum, 20 cartuchos sueltos de arma larga de distintos calibres, dos cargadores para munición de calibre 7,62, dos carcasas de granadas, un bote de humo de uso militar, una espoleta, armas blancas y otros efectos paramilitares.

Tras decomisar el armamento, la Policía Nacional inició las pesquisas pertinentes para averiguar la procedencia de las piezas y procedió a detener al mecánico del taller por tenencia ilícita de armas y depósito de municiones.

Los agentes inspeccionaron su negocio tras haber detectado actividad laboral por parte de ciudadanos extranjeros que podrían estar trabajando como mecánicos sin ningún tipo de contratación.

Las gestiones practicadas permitieron localizar a dos empleados, originarios de Senegal, que al parecer carecían de permiso de trabajo, hechos que investiga ahora la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, según indicaron ayer fuentes policiales. Esta actuación conjunta de las administraciones se enmarca en un convenio cuyo objetivo es detectar posibles situaciones de trabajo sumergido y precariedad laboral.