Su mala racha la pagaron trece coches aparcados en la calle Vinyassa, en Palma. La Policía Nacional arrestó en la madrugada de ayer a un italiano que rompió espejos retrovisores y cristales de trece coches aparcados. El hombre manifestó que lo hizo porque acababa de perder 1.000 euros en un salón de juegos cercano.

Los hechos, según informaron ayer fuentes policiales, ocurrieron a la una menos veinte de la madrugada de ayer. La central de la Policía Nacional de Palma recibió un aviso del 112 sobre un hombre que estaba golpeando y causando daños en los coches estacionados en la calle Vinyassa, muy cerca de las Avenidas.

La patrulla que acudió al lugar localizó rápidamente al sospechoso, y comprobó que había un total de trece coches que presentaban desperfectos. Algunos tenían los retrovisores rotos y otros los cristales de las ventanas.

Cuestionado sobre lo ocurrido, el hombre admitió que había golpeado los coches. Contó a los agentes que los había hecho porque acababa de perder 1.000 euros en un salón de juego cercano y estaba muy enfadado. También dijo que había roto las ventanillas de los coches para buscar calderilla, ya que no le había quedado dinero para comprar tabaco y tenía ganas de fumar.

El individuo, un ciudadano italiano de 35 años, fue inmediatamente detenido por los policías y trasladado a Jefatura, como presunto autor de un delito de daños. La Policía estaba a la espera de que los propietarios de los coches afectados presentaran la denuncia para cuantificar el montante total de los daños.