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Tribunales

Dos funcionarios de la cárcel niegan ante el juez haber torturado a un preso

Los trabajadores, acusados de un delito de lesiones, dicen que estaba muy agresivo y lo redujeron

Los hechos ocurrieron el 21 de julio del año pasado en la cárcel de Palma. B. RAMON

Dos funcionarios de la cárcel de Palma han negado ante el juez haber torturado a un preso británico. Los trabajadores declararon en calidad de investigados por un delito de lesiones a raíz de la denuncia presentada por el recluso, en la que sostenía que fue golpeado por seis vigilantes en el módulo de aislamiento el pasado verano. Los dos acusados aseguraron que el preso estaba muy agresivo y que se limitaron a reducirlo. También negaron haberlo dejado varias horas a pleno sol y sin agua, como sostiene el denunciante.

Ambos ofrecieron, en sus declaraciones ante el magistrado, versiones muy similares de lo ocurrido el 21 de julio del año pasado. Según contaron, el recluso llevaba dos días cumpliendo una sanción de dos semanas en el módulo de aislamiento. A las cuatro de la tarde lo sacaron de la celda para que disfrutara de las dos horas de patio a las que tenía derecho. Le advirtieron de que hacía mucho calor y, a pesar de que había comprado tres litros de agua en el economato ese mismo día, no sacó ninguna botella.

El recluso estuvo solo en el patio hasta las seis de la tarde. Los funcionarios explicaron que durante ese tiempo los presos no pueden comunicarse con ellos y por las cámaras de vigilancia apenas se veía nada por los reflejos del sol. Durante esas dos horas, uno de los imputados fue dos veces a vigilarlo sin detectar nada extraño.

Cuando fueron a buscarlo para llevarlo de vuelta a la celda, descubrieron que uno de los cristales de la puerta de acceso al patio estaba rota, supuestamente por los golpes propinados por el recluso.

Poco después, ya en la celda, el preso llamó por el interfono y les insultó, muy alterado. A instancias del jefe de servicio, cuatro funcionarios acudieron a su habitáculo para trasladarlo y, al abrir la puerta, el preso se abalanzó sobre uno de ellos y ambos cayeron al suelo. El resto trataron de reducirlo, mientras el interno les daba patadas y puñetazos, hasta que lograron inmovilizarlo y llevarlo a otro celda.

El preso, siempre según la declaración de los acusados, empezó a gritar que le habían dado una paliza para incitar al resto de reclusos a provocar un altercado. Cuando accedieron de nuevo a su celda, lo encontraron tumbado en el suelo, convulsionando y golpeándose la cabeza contra el suelo, por lo que lo levantaron y, tras alertar al médico, lo llevaron a enfermería. Los dos funcionarios negaron haber golpeado al interno y sostuvieron que cuando lo trasladaron a la enfermería no presentaba las lesiones que luego le fueron detectadas. Otros dos trabajadores declararán como imputados en esta causa.

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