Un acusado se conformó ayer con una pena de dos años de cárcel por un robo con violencia por desvalijar un bar de Palma de madrugada y amenazar con un destornillador a dos testigos que le sorprendieron cuando trataba de huir del lugar en noviembre de 2016.

El ladrón fue condenado ayer por un juzgado de lo penal de la ciudad por un delito de robo con violencia. Consiguió apoderarse de 300 euros en metálico del interior del local.

El sospechoso actuó el pasado 15 de noviembre de 2016, sobre las dos de la mañana, cuando rompió la barrera metálica y el cristal de la puerta de acceso de un bar situado en la calle Guillem Galmés, de Palma. Una vez se introdujo en el establecimiento, el intruso robó 300 euros.

Cuando pretendía abandonar el lugar, fue descubierto por un joven y su padre, quienes intentaron impedir que huyera de la zona. Entonces, el acusado les exhibió un destornillador y empezó a lanzar patadas sin llegar a impactar contra ellos.

Acto seguido, el caco salió corriendo y uno de los testigos le persiguió. El sospechoso, para evitar que se acercara, le mostró de forma constante el destornillador, por lo que al final el joven desistió de seguirle. El dueño del bar que fue desvalijado renunció a ser indemnizado. El encausado, para quien el fiscal pedía cinco años de cárcel, ayer aceptó dos años.