Un conductor de un Seat Ibiza tuvo la ocurrencia de hacer trompos con su coche en un parque infantil del barrio palmesano de Son Roca. Los pequeños salieron huyendo despavoridos y una niña, incluso sufrió un ataque de ansiedad. Un centenar de personas se concentró e intentaron lincharle. Agentes de la Policía Local de Palma le detuvieron porun presunto delito contra la seguridad en el tráfico, conducción temeraria, circular bajo los efectos del alcohol y negarse a someterse a la prueba de alcoholemia.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho menos diez de la tarde del pasado viernes. Una unidad de la Policía Local de Palma recibió un aviso de que se estaban produciendo grandes retenciones debido a una discusión de tráfico en el Camí de la Vileta. Al llegar los agentes, un testigo dio las indicaciones del supuesto infractor.

Instantes después, los agentes recibieron otro aviso de una discusión en la rotonda de Son Roqueta. El supuesto coche del infractor también se encontraba allí.

Cuando llegaron los policías, se encontraron con un centenar de personas enfurecidas y un sujeto en el interior de un Seat Ibiza, que se negaba a salir del vehículo. Las ruedas traseras se encontraban subidas en la acera.

El individuo presentaba heridas en el rostro, en la boca, en el pecho y los brazos. Tenía la camisa rota. Mientras tanto, la gente que estaba en el exterior le increpaba y le amenazaba de muerte.

Al parecer, el individuo había irrumpido con su coche en un aparcamiento de Son Roca con el consiguiente riesgo de atropello y había comenzado a hacer trompos. A continuación, el sujeto había repetido la operación en un parque infantil de la calle Cap Formentor. Los pequeños huyeron llorando y una de las niñas sufrió una crisis de ansiedad. Según su particular versión, las personas allí presentes le habían agredido sin motivo alguno.

Los agentes instaron al conductor del vehículo a que se bajara de este. El hombre, de 41 años, se resistió y se mostró desafiante. "Yo del coche no me bajo y si me bajo es para mataros a todos", espetó a los policías.

Acto seguido, los agentes lograron que se bajara del coche. En primer lugar se negó a entregar su documentación. Los síntomas de embriaguez que presentaba eran evidntes. "Tomé alcohol y otras sustancias", reconoció. Sin embargo se negó a someterse a la prueba de alcoholemia. "Si la hago doy positivo", señaló. En el test indiciario dio un resultado de 0,88 y fue detenido.