La fiscalía reclama penas que suman doce años de prisión para una activa banda de claveleras asentada en la isla por pertenencia a "grupo criminal", ya que durante dos años actuó en las principales zonas turísticas de Palma y Calvià. Según la acusación pública, la red estaba organizada para sustraer dinero a los turistas, principalmente extranjeros que paseaban por la ciudad a los que embaucaban con la excusa de ofrecerles un ramillete de flores y así se apoderaban de los billetes que llevaban en la cartera.
El ministerio fiscal acusa a once mujeres y un hombre de concertarse previamente para dedicarse a cometer hurtos. Según su versión, el grupo se movía por determinadas zonas de Palma como el Passeig Sagrera, Plaça de la Reina, los jardines de s'Hort des Rei, Passeig Marítim, el barrio de es Jonquet, así como la Platja de Palma y s'Arenal. Su radio de actuación no se limitaba solo a la capital balear, sino que también se extendía al municipio de Calvià, en concreto a Peguera y Santa Ponça. Y presuntamente llevaron a cabo las sustracciones durante dos años, entre 2011 y 2013.
El fiscal pide para cada uno de los doce encausados, todos ellos españoles, una condena de un año de cárcel por un delito de pertenencia a grupo criminal con la finalidad de cometer delitos menos graves y la perpetración reiterada de faltas contra el patrimonio. Además, también solicita que se prohíba a los integrantes de la banda que acudan a las zonas en las que actuaban durante un periodo de tres años.
El juicio contra las claveleras está previsto que empiece mañana y podría prolongarse hasta el viernes en el caso de que las partes personadas no alcancen un acuerdo. La vista oral se celebrará en una sala de un juzgado de lo penal de Vía Alemania.
Según se desprende del escrito de acusación, la decena de claveleras imputadas actuaban de forma indistinta, las unas con las otras, y normalmente no iban más de tres, en aras de evitar una actuación policial contra ellas.
Dos de ellas, una de 72 años y otra de 61, tenían una mayor responsabilidad en el grupo, ya que generalmente se encargaban de elegir los lugares por donde se iban a desplegar, así como la duración de sus actos, según mantiene el fiscal.
Además, la banda de claveleras contaba con chófer, el único hombre acusado en este procedimiento, quien presuntamente se dedicaba a trasladarlas en coche hasta las zonas turísticas donde realizaban las sustracciones. El sospechoso cumplía con su función de transporte, siempre con la connivencia de las mujeres.
Procedimiento del 'clavel'
Los hechos que se imputan al grupo se produjeron entre 2011 y 2013 en las zonas de mayor afluencia de turistas en Palma y Calvià cuando las acusadas se dedicaban a cometer hurtos mediante el procedimiento del 'clavel', según la tesis del fiscal. Este método consiste en ofrecer un ramillete de flores a los visitantes extranjeros a cambio de una simbólica dádiva. Las claveleras, que normalmente van en grupo de tres, consiguen que el perjudicado saque su cartera para coger el dinero y, en ese momento, le distraen para hacerse con el billetero o bien colocan el ramillete delante de la víctima para que no pueda ver y así logran sustraerle su dinero. Al final, el turista no se percata de la situación y de que ha sido desvalijado hasta que las claveleras ya se han marchado del lugar.
La fiscalía señala en su escrito de acusación que la red actuó de "forma permanente" con el propósito común de obtener un beneficio patrimonial ilícito y previamente se habían concertado para ello. La Policía Nacional desmanteló la banda en 2013 y un juzgado dictó una orden de alejamiento de las zonas de actuación.
