Un juzgado penal de Palma condenó ayer a un joven español a un año y medio de prisión por colarse en la vivienda en la que dormía una muchacha alemana y abusar de ella en Cala Rajada (Capdepera) en el verano de 2015. El intruso se introdujo en la planta baja a través de una ventana y, una vez en el interior del domicilio, se aproximó a la ciudadana germana que se encontraba durmiendo. El sospechoso empezó a masturbarse ante ella y le agarró de la cabeza y del cabello tratando de agredirla sexualmente y de acercarla hacia su cuerpo. La víctima se despertó sobresaltada, se resistió y empezó a gritar. Ante el temor a ser descubierto por otra moradora u otros vecinos, el asaltante desistió y huyó a toda prisa.

Ayer por la mañana, el acusado se declaró autor de los hechos ante la sala y aceptó una pena de un año y seis meses de cárcel por un delito de agresión sexual en concurso con otro delito de allanamiento de morada.

El fiscal rebajó la petición de condena inicial al apreciar la circunstancia atenuante de reparación del daño, ya que, antes de la celebración del juicio, el joven consignó en la cuenta del juzgado 1.000 euros para indemnizar a la víctima.

Ante el reconocimiento de los hechos, la magistrada dictó sentencia ‘in voce’ contra el muchacho, al que impuso un año y medio de prisión por agresión sexual y allanamiento, además de 1.000 euros de indemnización, cantidad que él ya había adelantado. Por este motivo, tuvo en cuenta la atenuante de reparación del daño.

El fallo es firme porque las partes informaron de que no iban a interponer ningún recurso. Acto seguido, el abogado defensor solicitó la suspensión de la condena por un periodo de dos años, a lo que el fiscal no se opuso al argumentar que se trataba de una pena mínima y, además, el acusado carecía de antecedentes penales. La juez, finalmente, acordó suspender la pena al joven durante dos años.

Los hechos por los que fue sentenciado ocurrieron en el verano de 2015 en Cala Rajada, en el término de Capdepera. El sospechoso se coló en una planta baja del conocido núcleo turístico, en la que dormían dos jóvenes alemanas. Las dos germanas se encontraban en la isla trabajando durante la temporada de verano. El intruso aprovechó que en el domicilio había ventanas correderas y logró penetrar en el inmueble a través de una de ellas.

Una vez dentro del inmueble, se dirigió hacia una muchacha que dormía y entonces el varón empezó a tocarse los genitales. Acto seguido, cogió a la víctima por la cabeza y el cabello e intentó agredirla sexualmente.

El acusado trató de acercar el rostro de la perjudicada hacia su cuerpo pero ella se opuso y empezó a gritar al despertarse y comprobar lo que estaba ocurriendo. Ante los chillidos de la joven alemana, el asaltante finalmente optó por dejarla sin consumar la agresión sexual y se marchó del lugar. Cuando la Policía acudió a la planta baja, el sospechoso ya había huido.