Panorama dantesco en el Port d´Andratx. El temporal marítimo, con olas de hasta seis metros, y las intensas rachas de la madrugada del sábado, de casi 100 kilómetros por hora, dejaron ayer un paisaje desfigurado y un balance de dos yates hundidos, uno de ellos completamente y el otro con gravísimos desperfectos en todo el costado de estribor, además de tres palmeras arrancadas de cuajo y todo el paseo portuario que rodea la ensenada natural llena de desperfectos y cubierta de piedras, tierra, algas, basura y escombros que las olas expulsaron del mar. Milagrosamente no hubo que reseñar daños personales.

A las dos de la madrugada la fuerza del viento y las olas no encontraron sufieciente resistencia en un yate de 34 metros de eslora amarrado en uno de los pantalanes principales del Club de Vela. Ni los esfuerzos del personal del puerto ni los de su patrón por mantener el buque amarrado al dique fueron suficientes.

Las fuertes rachas arrancaron el lujoso barco de recreo del puerto y acto seguido lo empotraron de costado contra el hormigón, abriéndole una enorme vía de agua por encima de la línea de flotación de la altura de un coche y de una longitud que casi recorre por completo de proa a popa toda su eslora. Con la proa totalmente hundida y en un complicado equilibrio conseguido con amarras, el buque se mantuvo en el Club de Vela custodiado, después de haber asegurado toda su carga de combustible para evitar el vertido al mar.

El otro barco, de un tamaño mucho menor, de 16 metrso de eslora y de casco tipo catamarán, se hundió también por los efectos del temporal, pero en el costado contrario del puerto, al romper sus puntos de amarre de la cubierta y golpearse contra el pantalán, aunque este último extremo no fue confirmado. Tras un tiempo de zozobra, se comprobó que los importantes destrozos en ambos barcos no habían causado vertidos de combustible en el muelle.

Un entorno transformado

Los residentes en el Port d'andratx no se podían creer ayer por la mañana todo lo que se les aparecía ante sus ojos. La transformación del entorno por la fuerza del mar en cuestión de unas pocas horas: desde las dos de la madrugada hasta pasadas las doce, el tiempo en que el temporal atacó con más virulencia.

El viento amainó un poco pasado el mediodía, pero gran parte del paseo fue precintado por el Ayuntamiento de Andratxo por razones de seguridad. Frente al Café Capuccino, un pequeño muro de piedra se derrumbó; el puente que cruza el torrente tuvo que ser clausurado; el paseo peatonal al Club de Vela y el aparcamiento anexo estaban cubiertos de tierra, piedras de considerable tamaño y todo tipo de basura, y la carretera de primera línea que conduce a sa Mola apareció llena de grandes cantidades de tierra y algas.