Los huesos humanosque fueron encontrados a mediados de enero en un coto de caza cerca de la urbanización Las Palmeras, en Llucmajor, pertenecen a un varón y tendrían una antigüedad de unos diez años, según han revelado las pruebas de laboratorio a las que han sido sometids. Estos datos no coinciden con ninguna de las denuncias de desaparición que tiene pendientes la Guardia Civil. Los investigadores manejan la hipótesis de que pertenezcan a un indigente, y cuya muerte no habría sido denunciada.

Los primeros huesos fueron descubiertos el 15 de enero por un cazador en un coto ubicado cerca de Las Palmeras. Se trataba de un cráneo, una cadera y un fémur. Tras confirmarse que se trataba de restos humanos se informó a la Guardia Civil y al juzgado.

Los guardias realizaron una detenida inspección en el lugar y al día siguiente encontraron más restos, en concreto de una parte de los huesos de un pie.

Todos los indicios apuntaban a que se trataba de una única persona.

Los restos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Palma, donde fueron examinados por los expertos y donde se les extrajeron muestras para poder realizar la prueba de ADN.

Tras un mes de pruebas se ha podido determinar que los huesos pertenecen a un varón, y que tendrían unos diez años de antigüedad. Los investigadores han revisado todas las denuncias de desaparecidos de la época y no han encontrado ninguna coincidencia.

Una de las hipótesis que se maneja es que pertenecieran a un indigente, ya que había un grupo de personas sin techo que solía pernoctar en la zona donde aparecieron los restos. El hombre pudo fallecer solo, y sin que nadie presentara denuncia por su desaparición.

La Guardia Civil prosigue con las investigaciones para tratar de identificar al hombre muerto y determinar las circunstancias de su fallecimiento.