Abusó de la confianza de la familia. Un juzgado de Palma ha condenado a un joven a dos años de prisión por haber desvalijado dos domicilios de familiares en la ciudad, aprovechando que sabía dónde se guardaban las llaves de las viviendas. El sospechoso, que ahora tiene 23 años pero cuando perpetró los robos solo contaba 18, se apoderó de valiosas joyas tras entrar en varias ocasiones en las casas entre octubre y diciembre de 2012.

No actuó solo. Contó con la colaboración de dos compinches, otros dos muchachos, quienes se encargaron de vender las alhajas por un precio inferior al de mercado en establecimientos de segunda mano. Estos dos sospechosos también fueron sentenciados a una multa por receptación.

Los tres acusados confesaron los hechos hace varios días en un juicio en Palma. Todos ellos se conformaron con las penas que solicitó la fiscalía. Para el principal encausado, el ministerio público reclamaba diez años cárcel por dos delitos de robo continuado en casa habitada con la circunstancia agravante de abuso de confianza. Su abogado defensor, Llorenç Gomila, consiguió que le rebajaran la petición de pena a dos años, con los que se conformó. Así, la magistrada le impuso dos años de prisión al apreciar las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas. Además, la juez acordó suspenderle la pena por un periodo de tres años.

Mientras, los otros dos jóvenes fueron condenados a multa por un delito de receptación y también se les apreció la atenuante de dilaciones indebidas.

Los hechos ocurrieron entre los meses de octubre y diciembre de 2012, cuando el principal sospechoso, "con ánimo de obtener un provecho patrimonial", según la fiscalía, aprovechó que sabía dónde se guardaban las llaves de los domicilios de dos personas por tener relación familiar y las utilizó sin el consentimiento de ellas.

De esta manera, el intruso logró acceder en varias ocasiones a las viviendas situadas en la calles Magallanes y de s'Aigua, en Palma. Una vez en el interior de los inmuebles, el joven ladrón robó valiosas joyas.

En la primera casa, logró apoderase de alhajas por valor de 2.188 euros. Varias de ellas pudieron ser recuperadas por la Policía Nacional. Mientras, del segundo domicilio se recuperaron joyas valoradas en 3.480 euros, pero otras desaparecieron. El botín fue vendido en tiendas de oro.