Un presunto delito de odio en el Paseo Marítimo de Palma. Dos hombres de raza negra han denunciado ante la Policía Local que en la madrugada del pasado sábado les expulsaron de un bar con la excusa de que "varios clientes se habían quejado de que olían mal". Ellos consideran que se trató de un caso flagrante de racismo, por lo que han presentado una denuncia. La Policía tramita el caso como un presunto delito de odio, incluido en 2015 en el Código Penal y que está penado con hasta cuatro años de cárcel.

Según informaron ayer fuentes policiales, eran las tres y cuarto de la madrugada del pasado sábado, cuando la central de la Policía Local de Palma recibió un aviso, mediante el que un ciudadano pretendía denunciar un posible caso de discriminación por cuestión de raza en un bar del Paseo Marítimo. Según el requiriente, los responsables del bar pretendían echar a dos clientes de raza negra con el argumento de que "olían mal".

Una patrulla policial acudió al local poco después, y se encontró con que los dos hombres a los que pretendían echar se encontraban todavía allí. De hecho, uno de ellos estaba bailando en la pista con una mujer.

Los policías fueron testigos de cómo uno de los empleados insistía a los hombre en que se tenían que ir. El hombre que bailaba no entendía el español, por lo que tuvo que ser su acompañante quien se lo tradujo.

De acuerdo con el denunciante, el empleado les había dicho que se tenían que marchar porque otros clientes se habían quejado de su olor corporal. Sin embargo, este hombre rechazaba esa explicación y lo atribuía a un caso claro de racismo, por lo que manifestó a los policías su intención de presentar una denuncia.

Los agentes confeccionaron un informe que será enviado al juzgado de guardia ante la posibilidad de que se tratara de un delito de odio. Estas gestiones proseguían ayer, cuando los dos denunciantes fueron citados a las dependencias policiales para que ampliaran su declaración sobre lo ocurrido esa noche.

Previsiblemente los agentes tomarán también declaración a los responsables del local.

La Policía Local ha puesto en marcha un servicio especial para atender este tipo de casos.

Los delitos de odio, que fueron incorporados al Código Penal en 2015, establecen penas de hasta cuatro años de prisión para quienes "fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia" contra un grupo o una persona. Entre los motivos que recoge la ley estaría la etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad".