La iglesia castrense de Santa Margarita de Palma acogió ayer el funeral al agente de la Policía Nacional José Mota Barea, fallecido el sábado pasado en Palma. Mota sufrió un violento ataque el 28 de agosto de 2015 a manos de un recluso en la Unidad de Detenidos de Son Espases.

El policía sufrió una parada cardiaca y quedó un tiempo en coma tras un fuerte golpe en la cabeza. La delegada del Gobierno, María Salom, asistió al oficio religioso por el policía.

La agresión se produjo en el verano de 2015 en Son Espases. Un preso, tras mostrarse agresivo y muy alterado en la cárcel, fue trasladado al hospital de referencia de Mallorca donde fue ingresado en la unidad de detenidos.

En la madrugada del 29 de agosto, una enfermera entró en su habitación. El recluso se mostró de nuevo muy alterado y arremetió contra el personal médico. Un agente de la Policía Nacional -que tiene presencia constante en el módulo de detenidos de Son Espases- fue a auxiliar a los sanitarios. El preso se enfrentó también a él. El policía recibió entonces un fuerte golpe en la cabeza y quedó tumbado en el suelo inconsciente.

Mientras el presunto autor de la agresión era reducido, los médicos atendieron al agente herido. Estaba en parada cardiorrespiratoria y su estado era crítico. Fue atendido durante más de una hora, practicándole maniobras de reanimación hasta que consiguieron estabilizarlo. El policía, de unos 50 años y que forma parte del grupo de Conducciones, fue trasladado entonces a la Unidad de Cuidados Intensivos del mismo centro hospitalario.

El agente finalmente se recuperó pero arrastró secuelas bastante importantes -mareos frecuentes-, que le obligaron a darse de baja del Cuerpo. Por su valiente actuación recibió la medalla con distintivo rojo.