Un alemán de 47 años fue juzgado ayer en Palma por un delito de descubrimiento de secretos por abrir una carta de una mujer, cuyos padres habían residido con anterioridad en el chalé en el que él vivía en el verano de 2015 en El Toro, en Calvià. El acusado alegó que recogió el correo del buzón de su casa a mediados de julio de 2015 y observó que la misiva estaba abierta. Según su versión, intentó leer el escrito pero como estaba en español no lo entendía. "Llegué a la conclusión que era para ella. Escaneé la carta y se la envié por correo electrónico", manifestó ante la sala. "La carta estaba abierta, el sobre no estaba sellado", insistió el germano. "Lo único que entendí de la carta fue abogados y una cantidad", señaló. El documento hacía referencia a unos letrados de una compañía eléctrica que reclamaban a la destinataria una deuda, una cantidad elevada de más de 600 euros, según la fiscalía.

El ministerio público solicitó para el hombre una condena de un año y medio de prisión y una multa de doce meses con una cuota diaria de diez euros por un delito de descubrimiento de secretos. El abogado de la acusación particular reclamó una pena de cuatro años de cárcel y la indemnización que considerara oportuna la magistrada. Inicialmente, había pedido una compensación de 100.000 euros como responsabilidad civil, pero ayer modificó esta cantidad dejándola a criterio de la juez. El letrado defensor solicitó la libre absolución de su representado.

La perjudicada declaró ayer que la relación con el acusado era mala debido a un pleito anterior por el que su madre y ella llegaron a ingresar en prisión porque él lo pidió. "Mis padres habían vivido en ese domicilio en El Toro, yo no. Él escaneó la carta y me la envió", recalcó. "Claro que sentí que invadía mi intimidad, él sabía todo, me perseguía por casa, me seguía con el coche, me esperaba en las esquinas", explicó la joven. "Le dijo a mi madre lo que iba a cobrar de pensión de Alemania", cuando ella aún no lo sabía, según la víctima. "Yo supongo que él ha abierto otras cartas, como la de la Seguridad Social de Alemania de la pensión de mi madre", agregó.

Su progenitora confirmó que el acusado le dijo la cantidad exacta que iba a recibir de pensión cuando ella lo desconocía. La mujer negó que el sospechoso la persiguiera con el coche.

La fiscal detalló: "La carta no era para él, no podía leerla ni escanearla. Es una invasión de la intimidad. Hay otros medios de devolución de la carta". Por su parte, la defensa destacó que se trata de un juicio por venganza del pleito anterior. El abogado consideró que no había vulneración del derecho a la intimidad.