Un joven acusado ha negado hoy en la Audiencia de Palma haber abusado de una niña de once años, hija de unos amigos íntimos, cuando esta se encontraba medio dormida en la cama mientras veían una película junto con sus tres sobrinos el pasado 1 de marzo de 2014 en el domicilio familiar en la isla.

"No la toqué en ningún momento bajo las sábanas. No me froté contra ella", ha recalcado el sospechoso, español de 31 años, ante el tribunal de la sección segunda. Según su versión, "hubo rozamiento, pero no de ese tipo", rechazando cualquier tipo de ánimo libidinoso. El hombre, que tenía una relación de mucha confianza con la víctima, ha recordado que esa noche tuvo que colocarse encima de los menores en varias ocasiones para manipular el ordenador desde el que veían una película, ya que "cada cinco minutos salían pantallas que tenía que quitar". Todos se encontraban en la cama de matrimonio y, para no salir del colchón y dar la vuelta, el varón pasaba por encima de los niños. Según ha manifestado, la perjudicada se quedó adormilada y luego se despertó y le dijo que le dolía la cabeza. "La envié al salón con mi madre", ha añadido. Finalmente, el acusado acompañó a la niña a su casa en coche, donde la arropó y le dio un medicamento. "Solo le pregunté en el coche si le dolía la cabeza todavía", ha apuntado.

La víctima ha confirmado durante la vista oral que el sopechoso la sometió a tocamientos íntimos esa noche en el domicilio en el que él residía con sus padres. La menor ha detallado que estaban en la cama de lado viendo una película cuando él le puso la mano entre sus piernas por encima de la ropa. Según ha declarado, le tocó en su zona genital y entonces ella se movió para ver si él se quitaba. "Paró pero luego siguió y él se frotó con sus partes", ha explicado ante la sala. La perjudicada sufrió una rojez en la zona del muslo en la que él presuntamente se restregó.

Los padres de la niña han coincidido al relatar el momento en el que su hija les contó lo ocurrido esa misma noche, poco después de llegar a casa. Luego, acudieron a la Guardia Civil. Según los progenitores, la menor ha cambiado desde que se produjo este episodio. "Es más reservada, es menos cariñosa, tiene miedo a ir sola", ha señalado su padre. También han recalcado que es una niña muy madura, extremo que ha ratificado una psicóloga del Consell de Mallorca. La especialista ha apuntado que el testimonio de la víctima era creíble y que no fabulaba.

La fiscalía solicitaba inicialmente para el sospechoso una condena de cuatro años de prisión por un delito de abusos sexuales, mientras que la acusación particular reclamaba una pena de seis años de cárcel. Por su parte, la defensa pedía la libre absolución del joven.

Los padres del acusado han explicado que la niña habitualmente acudía a su casa para jugar con sus nietos y que en otras ocasiones había tenido que regresar a su domicilio por dolor de cabeza. Según han indicado, la menor a veces se ponía celosa con los otros niños.