Un hombre fue juzgado ayer en Palma por acceder sin permiso al sistema informático de la empresa de su exsocio. El acusado admitió los hechos y alegó que solo pretendía obtener pruebas de que le había "robado" clientes. Según dijo, su negocio pasó de facturar 1,2 millones de euros al año a quebrar por estas maniobras. La fiscalía reclama para él 20 meses de prisión por un delito de revelación de secretos y la acusación particular eleva la petición a dos años y medio de reclusión al imputarle otro delito de intromisión informática.

Los hechos se remontan al año 2015. El sospechoso explicó, durante el juicio celebrado en un juzgado de lo penal, que su antiguo socio montó un negocio idéntico al suyo y se llevó a los 14 trabajadores "de la noche a la mañana". Según contó, presentó una denuncia ante la Policía por lo que consideraba un fraude y consiguió acceder, con una clave guardada en un ordenador de su empresa, al sistema de su rival. Así, admitió que entró en varias ocasiones y se descargó facturas con el objetivo de demostrar las maniobras de su exsocio. El acusado negó haber accedido a los correos electrónicos de sus antigos trabajadores.