La 'omertá' (ley del silencio) se había instalado en un local chino de juego clandestino de Pere Garau. Solo los nacidos en la provincia china de Fujian podían participar en las partidas de Mahjong, donde podía mover en apuestas en torno a 100.000 euros al mes. Pese a todos estos filtros, agentes de la Brigada del Juego de la Policía Nacional lograron desmantelar estas timbas ilegales en Palma.

Los investigadores consideran que los organizadores de estas timbas clandestinas podrían haber incurrido en una infracción muy grave de la ley 8/2014, de 1 de agosto, del juego y las apuestas en Balears. Esta acarrea una sanción en este caso que puede oscilar entre 30.001 y 450.000 euros.

La investigación policial se remonta al pasado mes de agosto. Los agentes siguieron los movimientos de origen chino relacionados con la organización de timbas clandestinas. Los dos individuos frecuentaban una vivienda situada en el pasaje Siri del barrio palmesano de Pere Garau. Todos los indicios apuntan que podrían haber vuelto a las andadas y haber montado otro local de juego.

Medidas de seguridad

Los fines de semana el trasiego de personas era mucho mayor. En las partidas de Mahjong se estima que podían moverse los sábados o los domingos 10.000 euros en apuestas. Las partidas se prolongaban hasta las tres de la madrugada.

La organización mantenía unas férreas medidas de seguridad. La estrechez de la calle donde estaba ubicada la timba clandestina les permitía observar la presencia de desconocidos y la regente vigilaba en la vía pública. Solo se permitía el paso a los originarios de la provincia china de Fujian.

Los investigadores tuvieron que adoptar múltiples precauciones para evitar ser descubiertos. Hasta el punto de que se tuvieron que disfrazar y algunos vecinos avisaron a la Policía alertando de su presencia.

Con todo este material recabado y la orden judicial de entrada y registro en su poder entraron en el local de juego clandestino. Una vez en el interior identificaron a unas 21 personas. De ellas, un total de 19 eran hombres y seis mujeres.

Al frente de la organización se encontraba una mujer que regentaba el lugar. Su pareja era el encargado de organizar las partidas. También contaban con una prestamista que facilitaba dinero a los apostantes y se cobraba las deudas. Todas las anotaciones se hacían en chino mandarín.

Los agentes intervinieron casi 4.000 euros en efectivo y unas 100 barajas sin estrenar, dados y un juego completo de Mahjong. Todo este material fue encontrado encima de las mesas.

Las ganancias en las apuestas podían alcanzar cantidades que oscilaban entre los 7.000 y los 10.000 euros. De hecho, semanalmente podrían moverse entre 25.000 y 35.000 euros. Los resultados de la aprehensión fueron remitidos a la Dirección General de Comercio y Empresa del Govern, que posee las competencias en materia de juego.