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Tribunales

Archivan el caso contra la Policía de Sineu por retener a un hombre que murió tras un ictus

La Audiencia de Palma cierra la causa con un contundente auto que rechaza que hubiera detención ilegal y negligencia por parte de los agentes - El tribunal avala la actuación policial por un accidente en el que creyeron que el conductor iba ebrio

Dependencias de la Policía Local de Sineu, donde fue trasladado el conductor de 77 años. álex durán

La Audiencia de Palma ha archivado el caso contra cuatro policías locales de Sineu investigados por detención ilegal y negligencia por retener a un conductor de 77 años tras sufrir un accidente de tráfico junto a una gasolinera de la localidad en noviembre de 2014 y sospechar que se hallaba ebrio cuando en realidad había tenido un ictus y meses después falleció en el hospital. El tribunal de la sección segunda ha cerrado el procedimiento con un contundente auto en el que rechaza que los hechos constituyan una detención ilegal y avala la actuación policial.

"De todo lo actuado no se desprende que los agentes actuasen fuera del ámbito propio de su actuación, ni que detuviesen ilegalmente al hombre, ni que hubiese indicios sólidos para que un profano desconocido advirtiese que estaba sufriendo un episodio de infarto cerebral", destaca el auto.

La sala ha confirmado en su integridad el sobreseimiento provisional de la causa dictado por el juzgado de instrucción número 1 de Inca al considerar que los hechos investigados no eran constitutivos de infracción penal alguna, como había mantenido la fiscalía y el abogado defensor Eduardo Morey.

La Audiencia de Palma destaca que, de las diligencias practicadas, "en modo alguno se desprende la realidad de los hechos relatados en la denuncia, en el modo en que se pretende y, menos, que estos sean constitutivos de ilícito penal alguno". El tribunal añade que el hombre, vecino de Sant Joan de 77 años, falleció y no se dispone de su versión, pero del atestado y de las testificales de los agentes se desprende que el varón presentaba, por un lado, "síntomas que podían ser compatibles con la previa ingesta de bebidas alcohólicas", y que, por otro lado, parece que él mismo lo manifestó a los agentes, diciendo que había tomado con la merienda dos copas de vino. Siendo así y debido a que no estaba tranquilo y que no se le conseguía realizar la prueba de alcoholemia, se le llevó a las dependencias policiales para lograr que se tranquilizase y poder realizar las pruebas correspondientes.

Por ello, la sala concluye que "en ningún momento llegó a detenérsele" y que después ya compareció un familiar y lo llevó al hospital, transcurriendo una hora y media aproximadamente desde el siniestro en la gasolinera. El afectado finalmente murió en febrero de 2015.

No fue una detención

El tribunal hace hincapié en que "en modo alguno" se desprende que estemos ante una detención y sí y solo ante un traslado a dependencias a fin de lograr la realización de la prueba correspondiente, de modo que ello ya permitiría excluir la comisión del delito al no haber detención propiamente dicha y solo traslado para práctica de diligencias. Además, el auto señala que, según el atestado, el vehículo que conducía el septuagenario resultó seriamente dañado y con una rueda pinchada, de modo que "también resulta lógico que lo trasladasen y no le permitiesen conducir, máxime si consideraban que presentaba síntomas de haber ingerido bebidas alcohólicas".

La Audiencia añade que esta conclusión "no resulta absurda, ilógica o irrazonable, ni se puede achacar a los agentes que no advirtieran que los síntomas que presentaba no eran propios de la previa ingesta, máxime si dijo que había consumido dos vasos de vino, y que lo eran del proceso, a la postre, diagnosticado".

El auto también recoge la declaración de un empleado de la gasolinera, que indicó que los policías le manifestaron que le comunicase a la nieta del conductor, a la que conocía, que fuesen a buscarle a las dependencias policiales en Sineu no diciéndole que quedaba detenido. Una empleada municipal que depuso como testigo recordó que el varón estaba muy enfadado y gritando, por lo que, el tribunal, considera que es "lógico" que en ningún momento se pensase en llamar a la ambulancia. También un cliente de la gasolinera señaló que el hombre parecía haber consumido alcohol, aunque después pensó que más bien estaba muy nervioso, por lo que no le dejó coger el coche y llamó a la Policía Local.

La familia del fallecido denunció a los agentes al considerar que el hombre no habría muerto de haber habido una actuación policial correcta. El varón fue a repostar combustible a la gasolinera en su vehículo, se encontró mal, perdió el control y se estrelló contra una señal de tráfico. Según la denuncia, padeció un ictus pero los agentes pensaron que iba ebrio y lo llevaron al cuartel, donde estuvo detenido dos horas sin asistencia médica. Un familiar lo llevó luego al hospital. Meses después, en febrero de 2015, falleció.

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