Un hombre de 51 años, vecino de sa Pobla, falleció ayer a primer hora de la mañana al quedarle atrapado un brazo en un motor de riego en una finca de Campanet. Las primeras hipótesis apuntan a que pudo morir desangrado o tras sufrir un infarto.

El trágico accidente ocurrió a primera hora de la mañana en una finca situada en Campanet, a escasos metros de la autovía de Inca. Como es costumbre entre los payeses, poco antes del amanecer activan el dispositivo de riego para evitar que se hielen las hojas de la patatera.

Cuando el hombre se disponía a cumplir con esta rutina, un brazo se le enganchó en la máquina de riego. Las correas arrastraron la extremidad hacia el motor y no se pudo liberar. Falleció poco después.

El hermano de la víctima realizó el trágico hallazgo. Sobre las nueve y media de la mañana, ante la tardanza del payés, se dirigió a la caseta y encontró el cuerpo inerte con un brazo atrapado en el motor de riego.

De inmediato, un dispositivo especial de emergencia se activó para atender al hombre. Las asistencias sanitarias del Ib-salut acudieron a la finca de Campanet a bordo de una UVI móvil. Los facultativos no pudieron hacer nada por la vida del payés de 51 años y certificaron su defunción.

Al encontrarse la parcela en el límite entre sa Pobla y Campanet, se generó en un principio cierta confusión por determinar en qué localidad habían ocurrido los hechos. Finalmente se determinó que la finca estaba situado en el segundo término municipal.

Efectivos de la Policía Local de Campanet acudieron al lugar. No obstante, la investigación correspondió a los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Los expertos del Instituto Armado realizaron una minuciosa inspección ocular en la caseta para averiguar qué era lo que había ocurrido.

Asimismo, efectivos del Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil examinaron con detalle la caseta donde había sido encontrado el cadáver y el motor de la máquina de riego que había atrapado el brazo del payés.

Después de múltiples pesquisas, los investigadores del Instituto Armado llegaron a la conclusión de que la muerte del vecino de sa Pobla de 51 años se había producido de manera accidental.

Comisión judicial

La comisión judicial se desplazó desde el juzgado de Inca para examinar el cuerpo de la víctima. El forense concluyó que la muerte del hombre podría haberse producido desangrado o bien después de haber sufrido un infarto. Sobre la una de la tarde, el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver. Los operarios de los servicios funerarios trasladaron el cuerpo al Instituto Anatómico Forense de Palma para realizarle la autopsia.

Por su parte, el conseller de Agricultura del Govern, Vicenç Vidal, expresó ayer sus condolencias a los familiares de la víctima por la trágica muerte del payés.