El padre de los tres menores que permanecieron en el domicilio de Son Rutlan junto al cadáver de su madre reclama la custodia de sus hijos. El progenitor, recién llegado de Hamburgo, asegura que puede afrontar la manutención de los niños.

"Yo quiero a los niños y creo que conmigo estarán bien", aseguró ayer Celestine U'Biorah, progenitor de los pequeños recién llegado de la ciudad alemana. A su juicio, no hay ningún sentido para que los servicios sociales se encarguen de la custodia de los menores. "Tengo un locutorio y dos pisos en propiedad en Palma", subraya.

El padre de los tres menores afirmó ayer que desconocía que la madre de sus hijos estuviera enferma. "No tenía conocimiento de que tuviera algún problema de salud", recalcó. "No me dejan a los niños y yo quiero cuidar de ellos", insistió. Al parecer, la relación con su exmujer se truncó en 2013 y la última vez que vio a sus hijos fue hace dos años.

"Cada mes mandaba desde Alemania 500 euros para ayudarles a la manutención", apuntó Celestine. Durante el tiempo que estuvo trabajando en la ciudad germana, el padre de los pequeños aseguró que desempeñó numerosos trabajos, tales como limpiador o repartidor de paquetes.

El padre de los niños indicó que su decisión de marcharse a Alemania y deja Mallorca respondía a que "aquí no había trabajo". Durante los años que permaneció en la ciudad alemana, Celestine afirma que no le faltó empleó, aunque cambió con frecuencia de trabajo.

En este sentido, Phillip, pastor nigeriano de la iglesia evangélica de Son Gotleu y abuelo de los menores, mostró ayer su "extrañeza" por el hecho de que su nuera no le hubiera pedido ayuda, pese a su enfermedad. "No entiendo por qué nunca me ha dicho nada y yo siempre estado muy cerca de su casa", abundó.

Phillip explicó que solo tenía conocimiento de que Chinyere Umenweke había padecido tuberculosis en el año 2008. "Lo superó y, desde entonces, no sabía que podría tener algún problema", señaló.

Tras el trágico hallazgo del cadáver de la mujer en su domicilio de la calle Cala Figuera de Son Rutlan, el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) anunció que se encargaría de la custodia de los tres menores, una niña y dos niños de cinco, diez y 11 años.

Aviso a un jardinero

Uno de los niños salió del domicilio y alertó a un jardinero de que su madre no se movía de la cama desde hacía algunos días. El trabajador alertó a la Policía y cuando los agentes se personaron en el domicilio se toparon con el cadáver.

La autopsia practicada a la víctima determinó que Chinyere Umenweke, de 40 años de edad, había fallecido unos dos días antes. El óbito respondía a causas naturales. En concreto, a una hemorragia interna localizada en el aparato digestivo.