Viernes, 23 de diciembre. Faltaban 48 horas para la macrofiesta Resacón Navideño que se iba a celebrar en la sala Ses Tres GermanesResacón Navideño . El recinto no tenía los permisos para la apertura, a pesar de que los organizadores llevaban semanas anunciando el evento y vendiendo entradas. Sin embargo, en un aparente milagro administrativo, la discoteca incendiada logró superar en un día varios trámites que en condiciones normales suelen tardar semanas.

Ese mismo viernes los organizadores presentaron la documentación para subsanar las deficiencias en las instalaciones. Ese mismo viernes, según afirma el alcalde de Marratxí, el ingeniero municipal se desplazó a Ses Tres Germanes para comprobar las obras de seguridad que habían hecho y "las certificó con fotos". Ese mismo viernes el ingeniero municipal redactó y firmó un informe que el Ayuntamiento no ha hecho público y que permitía levantar la suspensión de la actividad. Y, finalmente, ese viernes, el alcalde de Marratxí, Joan Francesc Canyelles (Més), y la secretaria municipal firmaron el decreto de alcaldía que confirmaba que la fiesta se podría llevar a cabo.

Todo en un tiempo récord y más si se tiene en cuenta que ese viernes el alcalde y la secretaria estuvieron ocupados parte de la mañana con el pleno municipal.

"Extraña celeridad"

El presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento, Jesús Sánchez, se mostró ayer sorprendido por "la extraña celeridad" con la que se autorizó el uso de la sala de fiestas. "Estamos pendientes de saber cuál es el motivo por el que se levantó la suspensión", aseguró Sánchez. Su entidad fue la que denunció hace un par de semanas que el local no tenía permisos para albergar la macrofiesta.

Sin embargo, el propietario de Ses Tres Germanes, Pere Pons, afirmó a este diario que el local está y estaba en buenas condiciones para el evento. "Estamos muy tranquilos. Puedes escribir que Pere Antoni Pons dormirá bien tranquilo esta noche", declaró.

Pons agregó que "Ses Tres Germanes siempre ha estado a disposición del Ayuntamiento de Marratxí cuando lo ha necesitado" y que nunca antes habían tenido problemas con la licencia "hasta que hubo un cambio de caras". En concreto, aludió al departamento municipal de Actividades: "Lo que antes para un ingeniero estaba bien para el nuevo ingeniero no lo estaba".

Cuando el alcalde Canyelles revocó la suspensión de actividad y autorizó la fiesta, solo intervino el ingeniero municipal. No firmó el informe el arquitecto, que sí había participado en la inspección de 2015 que provocó la clausura de la sala de fiestas del establecimiento porque entonces no tenía "las condiciones y medidas de seguridad necesarias para estar abierta al público".