Un hombre aceptó ayer una pena de seis años y un día de prisión por agredir sexualmente a su expareja en el domicilio en el que ambos convivían junto con otras personas en Palma a principios de enero de 2014. El procesado, de origen marroquí y de 39 años, se conformó también con una condena de 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de malos tratos.

El sospechoso, que permanece encarcelado, no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima por un periodo de quince años y tendrá que indemnizarla con 2.300 euros. Cuando haya cumplido dos terceras partes de la condena, será expulsado del país.

El acusado, defendido por el letrado Miquel Àngel Ordinas y que se enfrentaba a una petición inicial de condena de 16 años de cárcel, ayer por la mañana confesó los hechos ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma. La fiscal apreció la atenuante de drogadicción y la agravante de parentesco. Todas las partes alcanzaron un acuerdo ante el reconocimiento de los hechos.

El hombre había mantenido una relación sentimental con la mujer de origen ruso entre 2008 y el verano de 2012. Luego, la pareja rompió. Pese a separarse, ambos convivieron de nuevo en el mismo piso en Palma junto con otras personas con las que compartían la vivienda. La noche del 8 de enero de 2014, el procesado fue a la habitación donde dormía la víctima con la hija de ambos de ocho años y se bajó los pantalones proponiéndole tener sexo. La mujer se negó y le recordó que ya no eran pareja. Entonces, él se abalanzó sobre ella, la agarró del cuello, la inmovilizó para bajarle el pijama y la forzó. Al resistirse y pedir auxilio, el hombre se marchó.