El ´modus operandi´ de los dos atracadores del matrimonio en la vivienda de Artà denotaba que se trataba de delincuentes experimentados y que tenían pocos reparos en usar la violencia. El hecho de encerrar a la mujer en el maletero de un coche y obligar al hombre a acompañarles en su todoterreno puso de manifiesto su extrema frialdad.

El principal dato que manejaban los investigadores para dar con su paradero era el Audi Q3 de color blanco que le habían sustraído a la víctima. Los asaltantes obligaron al hombre a subirse en él y a que sacara dinero de un cajero automático de un banco. Una vez que les había entregado 600 euros, el máximo dinero que podía reintegrar con su tarjeta, se dieron a la fuga.

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor comunicaron la matrícula y el modelo del vehículo sustraído a todos los cuarteles del Instituto Armado, a la Policía Nacional y a las distintas policías locales para que activaran la denominada´ Operación Jaula´ y estuvieran alerta si veían el coche donde iban los delincuentes.