Un caballo saltó el martes la valla de la finca de una propiedad particular en la que se encontraba y corrió fuera de control por la carretera de Esporles, en las afueras de Palma. La presencia del animal desbocado constituía un grave peligro para los automovilistas que se cruzaban con él hacia la capital balear. De inmediato, numerosas unidades de la Policía Local de Palma se movilizaron para tratar de capturarlo. Por fortuna, una vecina de la parcela donde esta el equino observó desde el primer momento al equino y le interceptó antes de que pudiera lastimarse o causar un siniestro. El azar hizo que el caballo, casualmente, pudiera ser cogido de las riendas en la calle Cavallers. Estaba muy nervioso. Los agentes de la Policía Local lo devolvieron a la finca de donde había salido y la inspeccionaron por si se el propietario había cometido algún tipo de irregularidad.
Pintura desde la galera
Y más caballos. Aunque en esta ocasión el causante del problema no iba enganchado a una de las galeras que recorren Palma, sino subido encima. Desde el carruaje, un desaprensivo tuvo la infausta ocurrencia de arrojar un bote de pintura. Agentes de la Policía Local se movilizaron para averiguar si el autor era el conductor o algún pasajero para imponerle la correspondiente sanción.
Ingreso forzoso
Un hombre que sufre problemas mentales estaba ingresado en un clínica de Palma. El paciente decidió el pasado jueves que quería marcharse y pidió el alta voluntaria. Los médicos consideraban que no estaba en condiciones, pero no podían obligarle a quedarse. Uno de sus familiares manifestó incluso su temor a llevárselo en coche, temiendo que llegara incluso a provocar un accidente de tráfico debido a su inestabilidad psíquica. Así que contactaron con la Policía Local en busca de una solución. El único procedimiento legal era que un facultativo del Ib-Salut decretara su ingreso forzoso, así que un equipo del 061 acudió al centro para examinarlo y decidir si ordenaban su hospitalización.
Navajas para Primo
Dos ciudadanos acudieron a los juzgados de Vía Alemania con sendas maletas. Al pasarlas por el escáner, Primo, el vigilante, se dio cuenta de que llevaban varias navajas dentro. Eran material publicitario que los usuarios tenían previsto entregar como obsequio. Primo les guardó los bultos hasta que concluyeron el trámite y prometieron regresar para regalarle una de las navajas como muestra de agradecimiento
Denuncia etílica
Miércoles, tres de la madrugada. En los juzgados de Vía Alemania todo está en calma. De pronto, un hombre empieza a llamar insistentemente a la puerta de acceso al juzgado de guardia. Está muy borracho y dice que quiere presentar una denuncia. Los funcionarios le indican, visto su estado, que es mejor que vuelva tras dormir la mona. Pero el hombre, erre que erre, insiste. "¡Soy español, es el día de la Constitución!", proclama. Al final tuvo que acudir una patrulla de la Policía para conseguir que se marchara.
No entendió nada
Un hombre fue juzgado por un caso de coacciones a su expareja. Durante la vista reconoció los hechos y se conformó con las penas que pedía la fiscalía. Pero al salir de la sala tuvo que recurrir a su abogada para que le contara lo que acababa de suceder. "No he entendido nada. Pero nada de nada", admitió. La letrada tuvo que explicarle en qué consistía la condena y las consecuencias de no cumplirla.
Los peligros de las setas
La recogida de setas entraña una serie de riesgos y no solo el de sufrir una intoxicación si no se tienen conocimientos de micología. Un hombre de 72 años quedó atrapado en el Coll de sa Creu después de su pertinaz búsqueda de los hongos sin capacidad de salir por sus propios medios. Debido al difícil acceso del paraje donde se encontraba, Tuvo que ser evacuado en el helicóptero de la Guardia Civil hasta un lugar seguro.
