Un hombre de 33 años murió ayer al precipitarse a la calle desde el último piso de un edificio de Palma. La víctima permaneció unos instantes con vida antes de fallecer. La Policía investiga si la muerte se produjo de manera accidental o bien decidió él mismo arrojarse al vacío.

Los hechos ocurrieron sobre las seis de la mañana a la altura del número 39 de la calle Jeroni Rosselló, a escasos metros de la intersección con la calle Lluís Martí. Al parecer, una conductora que acertó a pasar por el lugar se topó con el cuerpo del hombre tendido en mitad de la calle y avisó a los servicios de emergencia.

Las asistencias sanitarias del Ib-salut se desplazaron hasta la calle Jeroni Rosselló a bordo de una UVI móvil. Los intentos por reanimar a la víctima resultaron infructuosos y solo pudieron certificar su defunción. Mientras tanto, agentes de la Policía Local de Palma cortaron el tráfico en el tramo comprendido entre las calles Joan Bauzà y Lluís Martí.

Efectivos del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron hasta el lugar para esclarecer las causas de su muerte. La víctima se encontraba sobre un gran charco de sangre en mitad de la calzada. Todo apuntaba a que la víctima se habría precipitado desde el edificio de enfrente.

Las posteriores pesquisas confirmaron este extremo. En concreto, el hombre se había precipitado a la calle desde el último piso del edificio. Uno de los aspectos que más llamó la atención de los investigadores era que el cuerpo estaba a gran distancia de la vivienda. De hecho, ni siquiera había tocado la acera.

Esta circunstancia sería compatible con el hecho de que la víctima se hubiera arrojado al vacío. De haberse producido una caída accidental, lo más probable es que el cuerpo se encontrara a escasa distancia del edificio. Los agentes de Homicidios se decantaban por cualquiera de estas dos hipótesis como las causas más probables de la muerte.

Sin mano criminal

Por el contrario, los investigadores descartaron que existiera una mano criminal detrás del fallecimiento del hombre. Los policías interrogaron a los testigos de la muerte y realizaron una minuciosa inspección ocular de la zona hasta llegar a esta conclusión.

En un principio, se sospechó que la víctima se pudiera haber precipitado desde otro inmueble del edificio donde supuestamente una mujer ejercía la prostitución. A medida que avanzaron las pesquisas, se comprobó que el hombre, en realidad, se había precipitado desde el piso superior.

La comisión judicial del Juzgado de Instrucción número siete, en funciones de guardia, acudió también hasta la calle Jeroni Rosselló para examinar a la víctima.

El forense comprobó que las lesiones que presentaba el cuerpo del fallecido eran compatibles con el violento impacto contra el suelo tras precipitarse desde el último piso del edificio. A continuación el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver. Los operarios de la funeraria, por su parte, trasladaron al fallecido hasta el Instituto Anatómico Forense para hacerle la autopsia.