El asesino de Son Cotoner, en prisión provisional desde el pasado 18 de noviembre, pegó una brutal paliza a su mujer, Celia Navarro Miguel, de 56 años, antes de matarla estrangulándola. Josep Maria C.G., profesor de instituto de baja por depresión de 50 años, supuestamente propinó multitud de puñetazos a la víctima en la cabeza y la cara cuando esta se hallaba en la cocina de su domicilio, en la calle Margarida Xirgu, en Palma. También la atacó golpeándole el cráneo con una tetera metálica. La Policía Nacional sospecha que Celia Navarro estaba desprevenida y no tuvo opción de defenderse de las sucesivas agresiones. Ninguno de estos golpes le causó la muerte, si bien quedó malherida. Luego, el sospechoso presuntamente acabó con su vida estrangulándola. El hombre movió el cadáver y lo arrastró hasta el cuarto de baño.

Josep Maria C.G., que simuló un intento de suicidio cortándose en ambas muñecas e ingiriendo fármacos y que tenía los nudillos de las manos dañados por los puñetazos que pegó, ayer por la mañana fue excarcelado por la Policía Nacional. El acusado fue trasladado al juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Palma, en la sede de Vía Alemania, donde se celebró la primera comparecencia de la ley del jurado. El magistrado le informó de los cargos que se le imputan. La fiscal y el letrado de la acusación particular, Octavio Couto, le acusan de un delito de asesinato con alevosía y parentesco. Mientras, el abogado defensor, Juan Carlos Rebassa, considera que los hechos constituyen un homicidio.

El juez fijó una fianza de 350.000 euros de cara a la futura responsabilidad civil que se pueda derivar del crimen. El acusado aportó dos escrituras de dos propiedades que superan con creces esa cantidad. Ayer al mediodía, el hombre, que se ha afeitado la barba, se mostró tranquilo en la comparecencia. Está previsto que preste declaración judicial en las próximas semanas, ya que hasta ahora se ha acogido a su derecho a guardar silencio ante la Policía Nacional y en el juzgado de guardia de Palma.

Reconstrucción del crimen

Las acusaciones propusieron ayer nuevas pruebas, entre ellas, que la Policía Nacional realice una reconstrucción del crimen. Por su parte, la defensa pidió un dictamen del estado de Josep Maria C.G. a un psiquiatra y también una pericial al psicólogo forense.

El profesor de instituto de música y valores éticos, licenciado en psicología y que llevaba unas tres semanas de baja por depresión, escribió una carta de despedida muy ilustrativa el día antes del asesinato. La misiva, fechada el 14 de noviembre, y que fue encontrada en su otro piso en el barrio de sa Calatrava, va dirigida a sus compañeros de un grupo religioso o meditación a quienes pide que oren por él. En la nota, detalla que está sufriendo un calvario y que le están presionando y chantajeando. Según su versión, siente que se están aprovechando de él económicamente y trata de desacreditar a su esposa.

La carta anuncia su despedida, pero no menciona nada del crimen a su pareja, con la que llevaba casado desde el pasado mes de julio. En las últimas semanas los dos cónyuges se habían distanciado y residían en pisos distintos.

Un día después de redactar la misiva, el hombre supuestamente mató a Celia Navarro. Según las estimaciones de los investigadores, la mujer fue asesinada entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde del martes 15 de noviembre. Sin embargo, no fue hasta el miércoles 16 por la mañana cuando su cadáver fue descubierto en el piso de Son Cotoner, después de que los hijos de Celia Navarro alertaran a la Policía. Por tanto, el acusado pasó unas 20 horas con el cuerpo sin vida de su mujer.