La fiscalía reclama penas que suman 51 años de prisión para dos hombres de nacionalidad uruguaya por matar de una paliza al morador de una casa, un suizo de 78 años, al atracar su chalé en el Port de Pollença a finales de diciembre de 2013. Los asaltantes actuaron con el rostro cubierto para evitar ser reconocidos e irrumpieron en la vivienda, donde torturaron y maniataron con bridas a Kurt Schwab, un hotelero ya jubilado, quien falleció a los pocos días en el hospital de Son Espases como consecuencia de las graves lesiones sufridas. También atacaron a su esposa, de 75 años, a la que retuvieron y encerraron en el cuarto de baño. Tras apoderarse de un exiguo botín de 35 euros, los ladrones se dieron a la fuga dejando malherido y atado al morador y a la mujer encerrada.

El ministerio público considera a los dos sospechosos coautores de un delito de homicidio, otro de robo con violencia, dos detenciones ilegales y robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa, ya que tres días antes del atraco trataron de desvalijar el mismo domicilio junto con otro encausado, pero la alarma de seguridad de la casa se activó y, por ello, desistieron. El fiscal aprecia las circunstancias agravantes de disfraz y abuso de superioridad y solicita para los dos principales imputados sendas condenas de 25 años y medio de cárcel. En concepto de responsabilidad civil, pide que ambos indemnicen a la familia del fallecido con más de 95.000 euros. Por su parte, el tercer implicado, un español, se enfrenta a una petición de pena de dos años de prisión por el robo en la vivienda en grado de tentativa.

El crimen será juzgado por el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma y no por un jurado popular al ser el delito de robo el origen de la causa. La próxima semana está previsto que se celebre una vista previa.

Los hechos se remontan al pasado 24 de diciembre de 2013, cuando los tres acusados entraron en el chalé de la urbanización de Síller en el Port de Pollença. Previamente, habían sedado a los perros que estaban en el jardín. Al accionarse el dispositivo de alarma, los atracadores dieron marcha atrás y se fueron de allí.

Tres días después, en la mañana del 27 de diciembre de 2013, los dos principales imputados, tras fracasar el golpe anterior, volvieron a irrumpir en la vivienda con el rostro oculto y sorprendieron al dueño de la casa, Kurt Schwab, suizo de 78 años, al que golpearon de forma brutal "con puñetazos indiscriminados por todo el cuerpo", según la fiscalía. Acto seguido, lo maniataron con bridas, limitando su libertad ambulatoria, y se aprovecharon de su superioridad. La acusación pública destaca que actuaron a sabiendas de que dada la situación y edad de la víctima, las agresiones recibidas podían llegar a causarle la muerte.

Una vez atado, le preguntaban dónde estaba el dinero y el perjudicado respondía como podía que no tenía. Mientras tanto, uno de los asaltantes le seguía golpeando de forma indiscriminada, por lo que llegó a perder el conocimiento.

Por otro lado, el otro sospechoso interceptó a la esposa, de 75 años, que acudió al salón al oír los gritos de su marido. Para evitar que pulsara la alarma, le retorció la mano. Luego, la obligó a llevarle hasta la caja fuerte, que estaba abierta y sin dinero. El atracador entonces le preguntó de forma insistente dónde estaba el dinero. Ella le contestó que no había y finalmente fue encerrada en el cuarto de baño, todo ello aprovechándose de la diferencia de fuerzas y la situación de la víctima, a la que también le privaron de su libertad ambulatoria.

Al final, los dos atracadores robaron unos 35 euros y huyeron del chalé dejando a Kurt Schwab maniatado y gravemente herido y a la mujer, encerrada en el baño. El septuagenario recuperó el conocimiento, consiguió desatarse las bridas y acudió a liberar a su esposa, aproximadamente una hora después de los hechos.

Tras la paliza recibida, el morador suizo sufrió politraumatismo craneofacial y torácico y tuvo que ser hospitalizado ese mismo día. Padeció un hemoneumotórax, lo que le produjo una insuficiencia respiratoria que le causó la muerte la madrugada del 1 de enero de 2014 en el hospital de Son Espases. Uno de los acusados se marchó del país y vendió su coche.