La Audiencia juzgó ayer a una pareja de turistas letones por la brutal agresión que sufrió un hombre que los había acogido en su casa en Palma. La víctima sufrió varios cortes en la cara y el cuello con un cúter y se llevaron varios efectos de su domicilio. Las acusaciones piden 14 años y medio de cárcel para cada sospechoso por intento de homicidio y robo con violencia, y sostienen que habían urdido un plan para engatusar a alguien, conseguir que los llevara a su casa y allí robarle sus pertenencias atentando contra su vida si era necesario para huir. La acusada planteó que la agresión fue una venganza porque la víctima había abusado de ella, mientras el sospechoso no quiso declarar.

La víctima, un alemán afincado en Palma, explicó que conoció a la mujer en Gomila en la mañana del 22 de noviembre de 2015. Según dijo, ella le pidió un cigarro y le contó que estaba en la isla de turismo y no tenía dinero porque le habían robado el bolso esa noche. "Me dijo que estaba con un amigo, acampados en el puerto, y le ofrecí que vinieran a mi casa para ir al día siguiente al consulado de su país a pedir ayuda", relató. Así, los tres fueron al domicilio de la víctima, en el casco antiguo. Allí les dio comida y les dejó lavar su ropa. Estuvieron allí todo el día, tomando alcohol, cocaína y "pastillas". "La chica fue al baño y el chico le llenó entonces el vaso de ron. Me dijo que si estaba borracha era más fácil que yo tuviera sexo con ella. Me incitó, me dijo que le gustaba", contó. Así, la víctima y la acusada se fueron al dormitorio y se desnudaron. "Empezó a pegarme y a morderme y le dije no era el tipo de sexo que me gustaba. Volvimos al salón y nos sentamos en el sofá. Entonces él empezó a acariciarme la cabeza. Le dije que me gustaban las mujeres. De pronto caí al suelo, había sangre. No sé qué pasó", explicó el perjudicado. La víctima logró escapar del domicilio, pero el agresor fue tras él y siguió golpeándole hasta que salieron varios vecinos. La pareja se dio a la fuga con dinero, un ordenador, un móvil y varias llaves de la víctima, que sufrió numerosas heridas inciso contusas y estuvo tres días hospitalizado, quedándole grandes cicatrices como secuela. Los sospechosos fueron detenidos por la Policía cuando iban a coger un taxi con los efectos robados y desde entonces permanecen en prisión preventiva.

El procesado, de 22 años, no quiso declarar ayer durante el juicio. La acusada, de 42, contó que ya en la vivienda de la víctima perdió el conocimiento y cuando despertó descubrió que estaba manteniendo relaciones sexuales no consentidas con el denunciante. "Me sentía mal, asquerosa", dijo. Según su versión, salió del dormitorio y le contó lo ocurrido a su acompañante, que ahora es su pareja pero entonces solo era "un amigo". "Oí una pelea y vi al hombre en el suelo. Había sangre por todos lados. Cogí mi ropa y salí corriendo. No me lleve nada que no fuera mío", alegó la mujer, que negó tajantemente que se insinuara sexualmente a la víctima y que todo formara parte de un plan para conseguir ir a su casa mediante engaños y una vez allí robarle.