El supuesto asesino de Son Cotoner alteró la escena del crimen. Josep Maria C.G., el profesor de instituto de baja por depresión preso desde el pasado viernes por la noche por presuntamente haber matado a su pareja Celia Navarro Miguel, de 56 años, estrangulándola el martes en su piso de la calle Margarida Xirgu, movió el cuerpo de la víctima y lo arrastró hacia el baño.

El sospechoso, de 50 años, que se negó a declarar ante el juez se negó a declarar ante el juez de guardia de Palma y ante la Policía Nacional en la Jefatura, pese a que en el momento de ser detenido el miércoles por la mañana reconoció de forma espontánea a los agentes que había agredido a su mujer en la cabeza con una tetera durante una discusión conyugal, primero atacó a su esposa en la cocina del domicilio. Los investigadores creen que cogió desprevenida a la víctima, que no tuvo opción de defenderse.

Una vez derribó a golpes en la cabeza a Celia Navarro, continuó agrediéndola con objetos contundentes en el recibidor de la vivienda. Por último, arrastró su cuerpo por el suelo hasta el baño, donde fue descubierto el cadáver al día siguiente. La víctima falleció estrangulada, según reveló la autopsia. Recibió una lluvia de golpes, pero ninguno le causó la muerte. En el momento de descubrirse el crimen, la mujer llevaba más de 12 horas sin vida. Junto a su cuerpo, fue hallado el supuesto asesino inmóvil. El hombre, licenciado en psicología y que llevaba un mes de baja por depresión, había ingerido pastillas y se había realizado cortes en ambas muñecas, pero a las pocas horas fue dado de alta en el hospital de Son Espases.

Los agentes del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica, que continúan con las pesquisas, inspeccionaron de forma exhaustiva el primer piso de la calle Margarida Xirgu, en el que había una gran cantidad de sangre.

Los investigadores detectaron marcas de arrastre, multitud de huellas y salpicaduras de sangre en las paredes y el suelo de la vivienda. Examinando estas pruebas, la Policía Nacional ha comprobado cómo hubo una sucesión de agresiones en varias partes del piso, desde la cocina hasta el cuarto de baño. Y, además, el detenido supuestamente trasladó el cuerpo de su pareja de una estancia a otra. El inmueble de Son Cotoner es relativamente pequeño, de unos 60 metros cuadrados.

Los agentes también están analizando otras pruebas como las últimas llamadas telefónicas y mensajes de la víctima. La Policía Nacional intervino en otra casa del sospechoso, un primer piso de la calle d'en Calders, en sa Calatrava, dos ordenadores, pendrives, documentos, anotaciones del hombre y unas grabadoras. Todos estos efectos están siendo estudiados. Entre el material incautado, hay una carta muy ilustrativa del profesor de instituto de música y valores éticos en la que detallaba sus problemas personales, trataba de desacreditar a su mujer y la culpaba de su estado depresivo y de aprovecharse de él.