­El supuesto asesino de Son Cotoner duerme ya entre rejas. Josep Maria C.G., el profesor de instituto de baja por depresión detenido el miércoles por presuntamente matar a su pareja Celia Navarro Miguel, de 56 años, estrangulándola el día anterior en su piso, ingresó ayer por la noche en prisión por orden judicial. El sospechoso, de 50 años, se negó a declarar ante el magistrado de guardia de Palma, Antoni Rotger. También guardo silencio en Jefatura. El fiscal pidió que fuera encarcelado de forma provisional por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.

El hombre, que es licenciado en psicología y llevaba un mes de baja, fue trasladado a los juzgados de Vía Alemania sobre las seis de la tarde. Cuando fue arrestado el miércoles por la Policía Nacional en su domicilo de la calle Margarida Xirgu, en Son Cotoner, reconoció de forma espontánea que había agredido a su mujer en la cabeza con una tetera en el transcurso de una discusión conyugal, pero ayer guardó silencio ante el juez. Luego, trató de quitarse la vida tomando pastillas y realizándose cortes en ambas muñecas, pero a las pocas horas fue dado de alta en el hospital. Junto a él, los agentes descubrieron el cadáver de Celia Navarro. La mujer llevaba más de 12 horas fallecida. Presentaba multitud de golpes en la cabeza. La autopsia determinó que había muerto estrangulada el día anterior, el martes, cuando ya sus hijos no tenían noticias de ella. Se trata de la sexta víctima de la violencia machista en Balears en lo que llevamos de año, la peor cifra de las Illes desde que hay estadísticas.

Una carta

El Grupo de Homicidios, con el apoyo de la Policía Científica, se ha volcado en las pesquisas en los últimos días. El pasado jueves, los investigadores practicaron un registro en uno de los domicilios del sospechoso, un primer piso de la calle d´en Calders, en el barrio de sa Calatrava de Palma. El arrestado dio su consentimiento a la inspección de la vivienda y estuvo presente en ella. Se mostró colaborador y facilitó lo que le pidieron. En ese domicilio, los agentes hallaron una carta muy ilustrativa del profesor de instituto acusado en la que explicaba sus problemas personales. La nota detallaba todo lo que le estaba ocurriendo en las últimas semanas.

Una vecina y allegada recordó que el hombre "estaba muy mal, hundido psicológicamente" y que había intentado suicidarse en una ocasión anterior.

Los investigadores analizaron con suma cautela la carta. El hombre trataba de desacreditar a su mujer, con la que se había casado el pasado mes de julio en Inca, y la culpaba de su estado depresivo. El sospechoso también alegaba que desconfiaba de ella y que sentía que se estaba aprovechando de él. El detenido simulaba ser una víctima, como también lo manifestó días antes del crimen durante un curso de psicología al que asistía como alumno.

Sus vecinos lo describieron como un hombre correcto, educado, muy reservado e introvertido, que nunca levantaba la voz, pero otros allegados destacaron su carácter atormentado, desconfiado, inestable y obsesionado por el dinero. En cambio, la víctima, Celia Navarro era una mujer extrovertida, conversadora, trabajadora y una "madre coraje", según otros conocidos.

La Policía Nacional también se incautó en la casa del sospechoso en sa Calatrava de dos ordenadores, pendrives, documentos y grabadoras, que están siendo analizados. Los agentes han tomado declaración al entorno de la pareja para saber las circunstancias y la relación que actualmente mantenían.