Celia Navarro Miguel, la mujer de 56 años asesinada presuntamente a manos de su pareja, Josep Maria C.G., de 50, en su domicilio en el barrio de Son Cotoner, en Palma, murió estrangulada el día antes de ser descubierto el cadáver. La autopsia practicada ayer ha revelado que la víctima también recibió multitud de golpes en la cabeza con varios objetos, si bien estas lesiones por sí solas no le causaron el fallecimiento. Su compañero sentimental, profesor de instituto de música y de valores éticos y licenciado en psicología que llevaba un mes de baja por depresión, indicó a los policías que le detuvieron que había golpeado a su mujer con una tetera en la cabeza. Sin embargo, los investigadores creen que utilizó también otros objetos contundentes.

El sospechoso del crimen, que trató de suicidarse ingiriendo pastillas y realizándose cortes en ambas muñecas en la vivienda de la calle Margarida Xirgu, en Son Cotoner, fue dado de alta en el hospital de Son Espases. Ayer tarde permanecía arrestado en los calabozos de la Jefatura de Policía, pendiente de ser interrogado. Horas antes, al mediodía, el Grupo de Homicidios lo trasladó a uno de sus domicilios, un primer piso de la calle d'en Calders, en el barrio de sa Calatrava, donde presenció un registro junto a un abogado. La Policía Nacional inspeccionó la vivienda en busca de nuevas pruebas incriminatorias. Sobre las tres y cuarto de la tarde, el supuesto asesino, Josep Maria C.G., abandonó el inmueble tapándose el rostro con una cazadora. Un coche camuflado lo condujo de nuevo a comisaría.

Los agentes de Homicidios y la Policía Científica continúan con las pesquisas. Allegados y personas del entorno de la pareja, que se había casado el pasado mes de julio en Inca, pero se conocían desde hace dos años y medio, ya han prestado declaración sobre el caso.

Riña de pareja

Los investigadores sospechan que el asesinato se produjo en el transcurso de una discusión conyugal. Ningún vecino escuchó ruidos ni gritos, pero el matrimonio atravesaba por problemas y el hombre tenía un carácter inestable y era muy reservado. Precisamente, él mismo comunicó a un residente de la zona de Son Cotoner que estaba en trámites de separación. En las últimas semanas, había pasado algunos días en su otra casa de sa Calatrava, mientras que su esposa permanecía en el piso de Son Cotoner.

"Él estaba muy mal, estaba hundido psicológicamente. Yo lo vi muy mal hace pocas semanas", recordó ayer una vecina de la calle d'en Calders, todavía consternada por lo ocurrido. Según su versión, él quería vivir en la vivienda de sa Calatrava, pero a la mujer no le gustaba y ella quería que él vendiera la casa. Otras fuentes detallaron que la pareja estaba reformando este domicilio y, de forma circunstancial, residía en el piso de la calle Margarida Xirgu.

Dos agentes y un abogado abandonan el domicilio que ayer fue registrado en Palma. B.P.

La Policía Nacional descubrió el cadáver de Celia Navarro el pasado miércoles sobre las diez y media de la mañana en el inmueble de Son Cotoner después de que una hija alertara de que no sabía nada de su madre desde hacía un día. Junto a la mujer, se hallaba su pareja, el supuesto asesino, inmóvil en el suelo tras intentar suicidarse. El cuerpo de la víctima, vestida con ropa de estar por casa, estaba también en el suelo.

Tras examinar el cadáver y la rigidez que presentaba, los forenses determinaron que la mujer llevaba más de 12 horas fallecida. Así pues, los investigadores de la Policía Nacional y los facultativos sitúan el crimen un día antes del macabro hallazgo, por lo que Celia Navarro falleció a lo largo del martes. Ese día por la mañana, un hijo contactó con la víctima, pero al mediodía ya no tuvo noticias de ella. Los agentes hallaron en el piso una gran cantidad de sangre. La mujer recibió una lluvia de golpes en la cabeza con objetos contundentes, pero pereció al ser estrangulada, según la autopsia.