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Investigación

El falso médico guardaba un cadáver en el congelador

Un alemán, condenado por ejercer como facultativo sin titulación en s´Arenal, ocultaba en Canarias el cuerpo maniatado de su exnovio tras matarlo a golpes

Material médico intervenido por la Policía a Marco Kaufmann (derecha) cuando fue detenido en 2012 en Palma.

Marco Kaufmann, un alemán que se hizo pasar por médico y atendió a numerosos compatriotas en s´Arenal, guardaba un macabro secreto. Murió el pasado mes de julio en Canarias, adonde se mudó tras su fraudulento paso por Mallorca, y su fallecimiento sacó a la luz lo que llevaba dos años escondiendo en un congelador: un cadáver maniatado y con golpes. El cuerpo, según la investigación de la Policía, era de su exnovio, al que habría matado y ocultado en un trastero.

La presencia de Kaufmann en la Platja de Palma se remonta a los años 90, cuando trabajó como cocinero en un restaurante. Tras cumplir condena en Alemania por un fraude, regresó a Mallorca y montó un centro sanitario ficticio, ofreciendo servicios médicos como atención de emergencias e incluso cirugía plástica. Pasaba consulta en un domicilio de la zona y extendió recetas con la firma de dos facultativos sin su conocimiento. Era frecuente verle ataviado con un chaleco reflectante en las inmediaciones de un gran centro de ocio de s´Arenal para atender cualquier incidente, e incluso durante el Mundial de fútbol de 2010 instaló una carpa con camillas para asistir a los turistas indispuestos y llegó a explicar su actividad a una televisión germana. Todo gracias a una falsa acreditación médica de las autoridades alemanas.

Su plan comenzó a torcerse en 2011, cuando una compañía de seguros empezó a investigarle por las abultadas facturas que presentó por haber prestado servicios de emergencias. Además, el Colegio de Médicos de Balears (COMIB) le denunció tras comprobar que no estaba colegiado para ejercer.

El pasado mes de marzo, Kaufmann reconoció los hechos en un juzgado de lo penal de Palma y aceptó un año de cárcel por delitos de intrusismo profesional con publicidad y falsedad en documento oficial. Para entonces, el hombre llevaba ya tres años viviendo en Gran Canaria, donde falleció el 8 de julio tras sufrir un infarto.

Tras su muerte, su novio se hizo cargo de sus pertenencias. Entre ellas, un arcón congelador que Kaufmann tenía guardado en un trastero en el municipio de Playa del Inglés. El aparato tenía un letrero que alertaba de su supuesto contenido, una algas que emitían unas bacterias peligrosas. Un mensaje para disuadir a quien pretendiera abrirlo y mantener oculto su contenido.

Pero el compañero sentimental de Kaufmann quería vender el arcón y se decidió a abrirlo. Encontró el cadáver congelado de un hombre, con una bolsa en la cabeza y las manos y los pies atados con cinta aislante.

La investigación de la Policía Nacional apunta a que el cuerpo pertenece a un antiguo novio de Kaufmann, que desapareció sin dejar rastro hace dos años. Los agentes tomaron muestras de ADN para cotejarlo con algún familiar y confirmar su identidad. También se entrevistaron con varios conocidos de la pareja, quienes afirman que, según les contó Kaufmann ante su repentina desaparición, había viajado a Alemania para no volver.

Inmueble donde fue hallado el cadáver en Gran Canaria. YAIZA SOCORRO

La autopsia confirmó las sospechas de que la víctima había muerto de manera violenta. Los golpes que recibió en la cabeza le causaron graves lesiones -tenía varias fracturas en el cráneo- y la muerte prácticamente en el acto. La Policía Nacional está convencida de que fue Kaufmann quien la mató y ocultó después su cadáver en un arcón congelador e investiga si tuvo cómplices.

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