El mundo al revés. Un hombre condenado por malos tratos sobre el que dictaron una orden de alejamiento de su expareja ha vuelto a pisar los juzgados. En esta ocasión, en calidad de denunciante. Tras trasladarse ella a un punto distante de Palma, su expareja se acaba de mudar y se ha instalado justo al lado de él. "Es ella la que ha quebrantado la orden y me la voy a encontrar todos los días", insiste con temor.
"Ella me está buscando para meterme en la cárcel", indica el denunciante. Hace unos días su sorpresa fue mayúscula al toparse con la que había sido su pareja en las inmediaciones de su domicilio. La mujer con la que Víctor convivía, le denunció hace un año por malos tratos y el juez dictó una orden de alejamiento del hombre sobre la mujer de 500 metros y la prohibición de comunicarse con su expareja durante dos años.
Pero el hombre manifiesta ahora que ha sido la denunciante quien, tras residir poco después de los hechos a considerable distancia, se ha decidido a mudarse a escasos metros de su supuesto maltratador.
"Me está acosando"
"Yo nunca la he puesto la mano encima, pero he respetado la orden de alejamiento. No me he acercado a mi expareja ni me he puesto en contacto con ella por móvil ni por Facebook", afirma visiblemente nervioso en el juzgado de guardia de Palma. "En cambio, ella me está acosando", recalca. En este sentido, Víctor asegura que ella está utilizando la red social para contactar con él.
El denunciante se encontró con su expareja a escasos metros de su domicilio. Después de posteriores averiguaciones, constató que residía a escasos metros. Con la orden de alejamiento aún en vigor, se temió que ella pudiera volver a denunciarle. En esta ocasión por quebrantamiento del mandamiento judicial.
Tras consultarlo con su abogada, la letrada le instó a que interpusiera la correspondiente denuncia. "Tengo miedo y pienso que puedo ir a la cárcel sin haber hecho nada", subraya.
En primera instancia se dirigió a la Policía Nacional para hacer constar que su expareja "está realizando actos de aproximación voluntarios, tales como trasladarse a una habitación a menos de 500 metros de donde reside". También expresó en la denuncia su "preocupación" y "temor" por los problemas judiciales que le pudiera acarrear esta situación si continua.
El denunciante también se dirigió el jueves al Juzgado de lo Penal número 3 de Palma donde indicó expresamente "que es ella la que quebranta el alejamiento, se ha puesto a vivir al lado de casa y se la encuentra por el supermercado y por todas partes del barrio".
"Yo estoy pagando mi hipoteca y no debo ni un céntimo. Pisos y habitaciones para alquilar hay por toda Palma. No tiene por qué venirse a vivir al lado de mi casa cuando hay una orden de alejamiento en vigor", insiste visiblemente nervioso. "¡A mí me quiere en la cárcel y quedarse con la casa!", sentencia.
