"Nadie se va a ir de rositas". Con esta frase lapidaria, el abogado Marcos García Montes anunció ayer en Palma su intención de presentar una batería de querellas por la agresión sufrida el pasado 5 de octubre por una niña de ocho años a manos de varios alumnos durante el recreo en el colegio Anselm Turmeda de Son Roca. Entre estas acciones legales destaca la acusación de intento de homicidio a uno de los presuntos agresores cuya supuesta edad, según el letrado, alcanzaría los 15 años.

García Montes reconoció ayer, en una multitudinaria rueda de prensa, que sobre los otros menores supuestamente implicados en la agresión no cabía interponer acciones penales, al no haber cumplido aún los 14 años y ser inimputables. No obstante, el abogado, que aseguró ofrecer sus servicios gratis tras haber contactado con él una conocida periodista, indicó que emprenderían la vía civil dirigida a los padres de estos niños.

En contraposición a lo recogido en sus respectivos informes por la Policía, la Fiscalía de Menores y la Conselleria de Educación, el abogado que asiste a la familia afirmó ayer con contundencia que el principal implicado tenía 15 años y sobre él cabría acusarle de homicidio en grado de tentativa.

"No hubo homicidio porque Dios no lo ha querido", subrayó García Montes. En este sentido, el letrado abundó que el golpe causado al arrojarse supuestamente de rodillas sobre el pecho de la niña "le podría haber fracturado el esternón y la parrilla costal".

García Montes sustentó esta afirmación en la interpretación de una especialista consultada por él sobre el posible alcance de las lesiones y la supuesta intencionalidad del agresor.

Respecto a las otras querellas anunciadas por la familia irían destinadas a la Conselleria de Educación y a la directora del colegio Anselm Turmeda, a la tutora y a un profesor supuestamente presente en el recreo. "La Fiscalía de Menores no va a tener más remedio que reabrir el caso, porque se han hecho mal las cosas", vaticinó el letrado.

Comportamiento irregular

A juicio del abogado, la dirección del colegio Anselm Turmeda incurrió en un comportamiento irregular. En concreto, García Montes aludió a la "responsabilidad 'in vigilando'" del centro educativo, de la tutora de la menor y de una profesora que tenía encomendada la vigilancia del recreo.

En este sentido, el letrado criticó la actitud del centro en la tardanza en informar a la madre de la niña agredida. Pese a que la niña estaba dolorida, permaneció en el centro educativo y solo se le comunicó el incidente a la madre cuando fue a recogerla a la salida del colegio. "A los niños que habían presenciado la agresión se les ha amenazado con quitarles el recreo durante un año si hablaban de lo que había ocurrido", recalcó el abogado que asiste a la familia de la niña.

A tenor de las lesiones causadas a la niña en el recreo cuando fue agredida por un grupo de alumnos, García Montes consideró que la dirección del colegio Anselm Turmeda de Son Roca y determinados profesores podrían haber incurrido en "una clara negligencia, omisión del deber de socorro y de cuidado", señaló.

Asimismo, el letrado criticó la actitud de la Conselleria de Educación al haber cerrado el expediente con la expulsión de tres y cinco días de los menores implicados en la agresión a la niña. "Ahora se va a abrir por las buenas y por las malas", indicó tras anunciar que interpondría una querella contra la institución por un presunto delito de prevaricación.