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Entrevista

Javier Abella: "Hay padres de menores violentos que nos piden que se los quitemos porque no aguantan más"

"Somos una de las plantillas de España con más mujeres protegidas por cada policía"

Javier Abella, jefe de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional, en su despacho de la Jefatura Superior. GUILLEM BOSCH

Javier Abella Prada (León, 1975), es desde hace seis años el máximo responsable de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura de Policía de Palma, tras pasar por el grupo de Extranjería y Documentación.

-¿Este año han muerto ya cuatro mujeres a manos de sus parejas o exparejas en Balears, igualando el peor dato desde que se empezaron a recopilar estadísticas en 2003. ¿Qué explicación le encuentra?

-No hay ningún indicador para saberlo. En su día se hablaba de la crisis, si los problemas podían ir haciéndose una bola? Pero no hay ningún índice, es más el momento, el arrebato, la obcecación? Hay muchas víctimas que nunca han denunciado, que no tenían orden de protección en vigor. Hay días que tenemos 15 denuncias y al día siguiente no hay ninguna. No hay ningún indicador de por qué hay más muertes. A nivel nacional siempre se rondan las cincuenta y pico, sesenta? Puedes bajar un año dos o tres, pero incluso una sola muerte ya es mucho. Policialmente no podemos detectar por qué.

-Balears es la comunidad con la mayor tasa de denuncias por violencia machista, con 82,5 por cada 10.000 mujeres. ¿Qué pasa en las islas? ¿Las cifras están relacionadas con el gran número de visitantes que recibimos?

-El turismo sí aumenta el número de delitos sexuales, que en verano se disparan. Al haber más volumen de gente en entornos de ocio, se producen estos picos. Recibimos mucha gente de fuera, pero en casos de violencia machista no creo que esté relacionado con el turismo. La gente viene una semana de vacaciones y no se suelen dar casos de malos tratos entre turistas, aunque ha habido algunos que se han pegado ya en el avión que los traía. Hay mucha inmigración y tenemos un montón de víctimas originarias de otros países. El movimiento turístico no explica esas cifras.

-¿A cuántas mujeres protege actualmente la unidad?

-A 700 en Palma. Tenemos una ratio muy elevada de víctimas por funcionario. Si no es la primera de España, es la segunda o la tercera plantilla que más mujeres por policía tenemos, con mucha diferencia sobre las otras. Cuantas más denuncias, más órdenes de protección y más víctimas por funcionario.

-¿De qué medios disponen para hacer frente a esta labor?

-La UFAM está dividida en dos áreas. Una de investigación de delitos de violencia doméstica, ya sea de género o no, de delitos sexuales y todo lo referente a menores delincuentes. También se encarga de los casos de adolescentes desaparecidos. Son 14 policías. El otro área es de protección, que son los que de manera real y efectiva protegen a las víctimas de violencia de género. Son 8 agentes a los que se les asignan las mujeres que tienen orden de protección, disponibles las 24 horas para ofrecer un contacto personalizado. De esa manera, las víctimas tienen un policía de referencia, para todos los temas relacionados con su protección, desde la interposición de la denuncia, y para ver la evolución, si ha tenido contacto con el autor, si le molesta? Cada funcionario tiene asignados un número de víctimas y se encarga de la evolución del riesgo, el acompañamientos a juicios, los trasladados a casas de acogida, la recogida de enseres en sus viviendas... Es un servicio también asistencial. La unidad es conjunta, son dos áreas estancas pero conexas."El turismo aumenta los delitos sexuales pero no explica las altas tasas de denuncias por malos tratos"

-¿Se encuentran con muchas denuncias de malos tratos que resultan ser falsas?

-Las denuncias falsas son puntuales. Me gustaría tener una bolita para averiguar si lo que me cuentan es cierto. Hay veces que te están contando una historia y te puede oler mal, porque le preguntas muchos detalles y no te cuadran. No es más que una percepción personal. Pero tampoco podemos valorar si es verdad o es mentira. Hemos tenido algún caso, pero comprobarlo es muy difícil. Una vez una mujer que tenía una orden de protección nos dijo que estaba recibiendo mensajes y llamadas por parte del exmarido. Investigamos, localizamos las cabinas telefónicas desde donde se contactaba con su teléfono y comprobamos que era ella misma. Si hay agresiones físicas las ves, es más fácil encontrar pruebas. Probar un acoso psicológico, por ejemplo, sin testigos ni señales evidentes es muy complicado de probar. Yo puedo tener mi opinión, pero no soy quién para decir si es verdad o mentira. Doy por hecho que quien viene a denunciar es porque no aguanta más, que viene a contar la verdad. Hay víctimas que luego se quejan del seguimiento policial, es muy complicado darle protección a gente que no la quiere, que incluso está conviviendo con el autor. A veces vas a hacer el seguimiento del caso y no te cogen el teléfono, no van a las citas, dan teléfonos falsos? Las víctimas que realmente lo son dan muchas más facilidades.

-Dos agentes de la Guardia Civil están imputados por no atender a una mujer que acudió al cuartel de Pollença a presentar una denuncia y ese mismo día fue asesinada por su exmarido. ¿Están los agentes formados y hay medios suficientes para atender los casos de violencia machista?

-En la UFAM recogemos denuncias en horario laboral de mañana y tarde, y por las noches y los fines de semana se recogen en las oficinas de denuncias, donde hay personal no especializado pero sí formado en este tipo de delitos, con acceso a las bases de datos y a cumplir el protocolo. Cualquier policía sabe el procedimiento y tiene la formación adecuada para recoger una denuncia por violencia de género, independientemente de que luego se derive a la unidad especializada. En la Policía hay atención las 24 horas del día los 365 días del año. En el caso de la Guardia Civil no sé cómo funcionan, tienen muchos más puestos, en pueblos, sitios más pequeños. No sé si allí el personal está formado, lo desconozco. Es una cuestión muy sensible. Cuando viene una víctima a denunciar malos tratos hay que atenderla, no puede marcharse sin poner en conocimiento esos hechos.

-¿Las medidas de protección se aplican de manera inmediata?

-Cuando viene una víctima a denunciar, tiene derecho a ser asistida de forma inmediata por un abogado especializado en violencia de género desde el primer momento y la posibilidad de solicitar una orden de protección. Más del 90 por ciento solicita la orden de protección. Cuando se toma la denuncia se hace una primera valoración de riesgo, con un sistema informático en el que rellenas unos ítems para evaluar. Es un formulario que no es subjetivo. La ley dice que el funcionario que toma la denuncia tiene que hacer la valoración de riesgo porque es la persona que tiene la máxima información del caso. Eso se aplica a todos los cuerpos de seguridad. Te da un riesgo entre 'no apreciado' y 'extremo', y en función de ese riesgo se aplican unas medidas. Si da riesgo extremo hay que protegerla 24 horas de forma inmediata. Cuando una mujer pide una orden de protección, el juzgado tiene un máximo de 72 horas para responder a la solicitud. En Palma se están tramitando como máximo en días. No todo el mundo viene a denunciar, algunas acuden para asesorarse de manera informal. Pero si vienen a denunciar, tienen que salir con el paquete completo: denuncia, valoración de riesgo y orden de protección

-¿Hay algún perfil del maltratador?

-Perfiles no hay ninguno. No existen, hay falsos mitos de que tiene que ser de un entorno social pobre, con adicciones, con problemas laborales o económicos? No es así, tenemos maltratadores de todos los ámbitos, de todas las profesiones que te puedas imaginar. A lo mejor es una persona encantadora en su entorno social y laboral y de puertas adentro, todo lo contrario. También las víctimas pueden ser de cualquier entorno cultural, social o económico. Hay de todo, desde menores de edad a señoras que llevan 55 años casadas.

-¿Los maltratadores justifican sus actos, los ven como algo normal?

-Es muy raro que alguien venga y reconozca el delito. Casi nadie lo admite. Algunos intentan minimizar los hechos, diciendo que se les fue la cabeza o iban ebrios.

-¿Hay casos de violencia machista entre menores?

-Sí, son casos llamativos, aunque muy pocos, un porcentaje ínfimo del total. El funcionamiento para nosotros es el mismo que con los adultos. Las relaciones se inician a una edad cada vez más temprana y hay chicas con 14 años que ya sufren los celos exagerados y el control extremo de sus parejas.

-La mayoría de las mujeres asesinadas no había denunciado nunca malos tratos.

-Hay veces que vienen a denunciar hechos que llevan 25 años pasando y durante todo ese tiempo podría haber ocurrido una desgracia. Hay señoras que no quieren denunciar, solo vienen a contar su caso. Son víctimas de libro, pero incluso se autoinculpan después de haber sufrido maltrato psicológico durante 50 años. No siempre el primer episodio se denuncia. Los casos tan antiguos es complicadísimo de probar. La denuncia no da protección total, no se puede garantizar el 100 por 100 de seguridad. Nosotros podemos dar una solución policial, intentamos paliar el riesgo lo máximo posible.

-¿Cómo se detectan los malos tratos y abusos sexuales a menores?

-Tenemos varias vías de conocimiento. Una es la denuncia en la que nos cuentan los hechos. Otra es a través de partes judiciales de servicios médicos, revisiones en hospitales en los que el médico detecta indicios y levanta sospechas. También a través de los centros educativos, que detectan cambios de comportamiento. Con eso empezamos a investigar. Hemos tenido casos de bebés de dos meses con triple fractura de cráneo, peroné y tibia y decían los padres que se había caído de la cuna, o niños que dicen que su hermana de dos años le abraza muy fuerte y por eso tiene rotas las costillas. Necesitamos que un médico nos diga que eso es imposible. Es importante hablar con los menores a solas, porque a lo mejor delante de sus padres, por vergüenza, no nos lo explican. Cuando son muy pequeños, no tenemos medios ni lugares acogedores para hablar con un niño de cuatro años sobre abusos. Contactamos con la Unidad de Valoración de Abusos Sexuales Infantiles (UVASI) del Consell, tienen psicólogas especialistas que son las que hacen esas entrevistas en un ambiente menos hostil que una comisaría, en las que estamos presentes. Hay edades a las que no le dan importancia, lo cuentan de manera natural, pero cuando son más mayores y ya tienen esa vergüenza y sensación de culpa es más complicado, se retraen. Tienes que ganarte mucho su confianza para que te lo cuenten. Hay que hacerles ver que puede haber más víctimas, pedirles ayuda para que no les pase a otros niños.

-En la mayoría de casos de abusos, el autor es alguien muy cercano al menor, incluso familiar.

-La estadística demuestra que muchas veces los casos de abusos sexuales afectan a padres, abuelos, tíos, profesores, entrenadores? Son gente que se gana su confianza de diversas maneras. Un desconocido puede cometer hechos aislados, pero para abusar de manera continuada hay que tener su confianza. Muchas veces se lo venden como un secreto. No hay que dar nunca por mentira lo que cuentan los niños. Hemos tenido casos de madres que cuando se destapa el caso recuerdan comentarios de años atrás.

"Hay mujeres que han sufrido malos tratos de sus maridos durante 50 años y se autoinculpan"

-¿Qué señales suelen dar?

-A los niños se les nota que algo les pasa, no lo saben disimular. Son volubles a los cambios. La gente que está diariamente con ellos detectan cambios de actitud, de comportamiento. Hay que incidir para ver qué hay detrás de eso.

-Hay casos de abusos que se denuncian muchos años después de ocurrir.

-Es raro de entender al principio, te suena extraño que haya pasado tanto tiempo. Pero es que hay víctimas que bloquean los recuerdos de lo que sufrieron de niños y de pronto les vienen a la cabeza. Quieras que no llama la atención, hay que ver si son relatos verosímiles. No es habitual que pasen tantos años.

-¿Tienen abierta alguna investigación por abusos sexuales en la Iglesia?

-Nosotros ahora mismo no tenemos nada.

-¿Se encuentran casos de abusadores que en su día fueron víctimas?

-Mucha gente te dice, tanto en casos de abusos como de malos tratos, que de pequeños han sido víctimas y por el efecto copiado lo están repitiendo. Alguna vez ocurre, pero es algo en lo que no entramos.

-¿A cuántos menores detuvieron el año pasado? ¿Qué tipo de delitos cometen?

-En 2015 fueron detenidos 310 menores. La mayoría son delitos contra el patrimonio, robos con fuerza y hurtos, sobre todo a turistas. Son delitos menores. Alguno se da con violencia y armas, pero son los menos. Los menores delincuentes son siempre los mismos, muchas veces con una descripción física del autor ya sabes quién es, porque no hay 3.000 chavales que se dediquen a robar en hoteles. Hay chicos que viven de eso, incluso desde antes de ser imputables, con menos de 14 años.

-¿Y lo que sacan con esos robos es para ellos, o hay familias que aprovechan que son menores para empujarlos a delinquir?

-Creemos que un niño de 13 años al que no se puede detener por estos casos que está cometiendo 20 robos al mes, ese dinero no puede ser todo para él, sospechamos que están nutriendo a la familia, pero es una opinión. También hay muchos receptadores que se aprovechan de ellos, que saben que se dedican a robar para comprarles los efectos a precio de ganga, como móviles de 700 euros por 50.

-¿Los menores inimputables conocen la ley? ¿Se aprovechan de ello?

-Sí, sí, conocen la ley. Hay un chaval que empezó a cometer robos con 10 o 11 años. No sé cuántos ha podido cometer. Actuó durante años siendo inimputable, ahora tiene 16 años. Lo mismo robaba una cosa de 30 céntimos que entraba en un banco y se llevaba 3.000 euros. Y nos decía, "a mí no podéis detenerme, porque no tengo los 14". Actuaba incluso en sitios con cámaras de vigilancia. Y no puedes hacer nada. Algunos menores creen erróneamente que pueden hacer lo que les dé la gana, pero pueden ser detenidos igual que un mayor de edad.

-¿Y esa carrera delictiva termina cuando se hacen mayores? Se rehabilitan?

-No. La experiencia que tengo es que van a más: hoy te pegan un tirón, mañana utilizan algún tipo de arma y violencia. Porque su vida se reduce a eso, es lo que han visto y han vivido. Viven bien cometiendo delitos y sus necesidades van aumentando. Es muy complicado que paren. Pueden ir a un centro, pero cuando vuelven a su casa, a sus amistades, a su barrio, es que no hay otra cosa.

-¿Hay bandas organizadas de menores delincuentes?

-Bandas como tales, con líderes y jerarquía, no. Pero grupos de chavales delincuentes sí, suelen dedicarse a cometer hurtos al descuido, mientras uno distrae a la víctima el otro roba.

-¿Son cada vez más violentos los jóvenes con sus familias?

-Ahí tenemos un problema grave. La típica pataleta de niño que tú podías tener antes, ahora no asumen la tutela de sus padres, las normas, los requisitos que se piden en cualquier domicilio, como hacer los deberes, recoger la mesa, cumplir unos horarios... En el momento en el que alguien pone una mínima norma, genera mucha violencia por parte de adolescentes. Son cosas que hace unos años a ningún hijo se le ocurría hacer a sus padres, era impensable. Incluso hay padres que nos dicen que no pueden ya más con sus hijos y nos piden que los llevemos a un centro, que se los quitemos. Imagina la desesperación de un padre o una madre para pedir eso. Son situaciones insostenibles. Cuando nos llega a nosotros es porque el iceberg abajo es enorme. Es un problema de la sociedad actual que antes no existía. Los chavales pasan por encima, todos son derechos y en el momento que alguien les pone una obligación, se rebelan. La educación es muy importante, muchos pasan más tiempo en el colegio que con los padres y hay que controlar los estímulos que reciben fuera de casa y en qué entornos se mueven.

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