El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de la Audiencia de Palma que condenó a una empleada del hogar a cuatro años y medio de prisión por falsedad en documento mercantil y estafa a una anciana octogenaria a la que cuidaba desde hacía años y a la que engañaba manipulando unos cheques bancarios. El Alto Tribunal no ha admitido el recurso de casación interpuesto por la acusada, quien entre enero de 2011 y octubre de 2012 defraudó a la víctima 57.100 euros con una treintena de cheques falsificados. La imputada actualmente cumple condena en la cárcel.

La mecánica para cobrar los talones consistía en que la acusada escribía en casa de la perjudicada la cantidad que esta le decía, que siempre era 1.000 euros, y acto seguido la víctima los firmaba. Sin embargo, la imputada, aprovechándose de la avanzada edad de la mujer y quebrantando su confianza, luego modificaba el importe escrito en números. Cuando cobraba el dinero, le daba los 1.000 euros y ella se quedaba con el resto.