La fiscalía reclama una condena de un año de prisión para un hombre por drogar a su exmujer con burundanga en Palma drogar a su exmujer con burundanga en Palma el pasado mes de abril. Tanto el ministerio público como la acusación particular, que representa a la víctima, consideran al sospechoso autor responsable de un delito de maltrato. El varón presuntamente suministró a su expareja el fármaco, una sustancia que anula la voluntad, disuelto en un refresco. El magistrado Carlos Izquierdo, titular del juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Palma, ya ha abierto juicio oral contra el acusado por maltrato. Se trata del primer caso detectado en España de intoxicación con escopolamina, nombre científico de la burundanga, y el primero que llega a juicio.

La Unidad de Toxicología del hospital de Son Espases confirmó el primer episodio de sumisión química por esta sustancia en todo el país en una paciente de 36 años que ingresó en el área de Urgencias la pasada primavera. Luego, han aparecido otros casos que están siendo investigados como el de una joven de 21 años que fue abusada en una localidad de Córdoba tras ser sedada con burundanga.

Los facultativos del hospital palmesano, tras unos análisis de alta precisión, lograron hallar el principio activo de la escopolamina. Una vez detectada la sustancia de forma científica, el caso se judicializó en Palma. Se trata de un procedimiento inédito en la tipificación delictiva de los hechos, ya que es la primera vez en España que se le da forma jurídica a un episodio en el que una víctima ha visto anulada su voluntad por burundanga.

El juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Palma, encargado de la instrucción del caso, realizó varias diligencias y comprobó que la escopolamina no está incluida en la lista de drogas o sustancias estupefacientes sujetas a fiscalización. La burundanga es un fármaco de uso clínico. Por este motivo, no se podía acusar al sospechoso de un delito contra la salud pública.

Los investigadores también descartaron imputar al hombre una tentativa de homicidio, ya que, tras preguntar a los forenses de Palma, la cantidad de esta sustancia encontrada en el organismo de la mujer era pequeña, por lo que su vida no corrió peligro. Finalmente, el magistrado ha abierto juicio oral contra el exmarido de la víctima por un delito de maltrato. El juez mantiene en el reciente auto la orden de protección que dictó el pasado 11 de abril de 2016 respecto a la perjudicada.

Alejamiento

Además de la pena de un año de cárcel que solicitan la fiscal de violencia doméstica y la acusación particular, también piden que se prohíba al sospechoso aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de tres años. Ambas acusaciones interesan otras medidas accesorias como la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años por el delito de maltrato. El caso previsiblemente será enjuiciado en un juzgado de lo penal de Palma en la sede de Vía Alemania.

Los hechos se remontan al pasado 9 de abril de 2016 cuando la perjudicada, de 36 años, llamó a una amiga y le explicó que estaba muy mareada y creía que su exmarido, del que se estaba divorciando, le había echado alguna sustancia en la bebida. La allegada alertó a la Policía Nacional sobre las ocho de la tarde de ese día y una patrulla acudió al domicilio en Palma. El sospechoso abrió la puerta de casa a los agentes, mientras que su expareja estaba acostada. Los policías comprobaron que la víctima estaba desorientada, por lo que pidieron una ambulancia, que la llevó a Son Espases. La paciente ingresó con síntomas de mareos, visión borrosa y dificultad del habla. Los médicos sospecharon que se hallaba bajo los efectos de una droga que anulaba su voluntad. El primer análisis de orina al que fue sometida no detectó ninguna sustancia estupefaciente, pero otra prueba más específica sí que dio positivo en escopolamina. Además, la amiga había indicado que sospechaba que el hombre le había suministrado algún fármaco en la bebida.

Al día siguiente, la Policía Nacional detuvo al varón, que se negó a declarar. De forma extraoficial, reconoció que le dio burundanga que había comprado por Internet. En el juzgado, detalló que adquirió la sustancia por la red y que la quería para suicidarse. Esa tarde, quería hacer una prueba con poca cantidad disuelta en un refresco para ver cómo reaccionaba su cuerpo, pero su exmujer por error cogió el vaso y se tomó la bebida, según él.