El monitor de un centro de educación especial de Palma condenado a dos años de prisión por abusar sexualmente de forma reiterada de dos jóvenes con profundas discapacidades psíquicas aceptó ayer en la Audiencia Provincial someterse a una terapia sexual por un periodo de dos años. De hecho, el joven procesado, J.P.P.M., de 34 años, confirmó ante el tribunal de la sección primera que desde el pasado verano ya participa en un programa formativo de educación sexual.

El sospechoso ayer al mediodía reconoció los hechos cometidos entre junio y diciembre de 2013 en Palma. Confesó haber sometido a tocamientos íntimos en varias ocasiones a dos usuarias de la entidad en la que trabajaba. Los abusos tenían lugar tanto en las duchas como en las camas donde dormían las víctimas, habitualmente los fines de semana, aprovechando que el monitor se quedaba a solas con ellas.

Después de declararse culpable, el presidente del tribunal dictó sentencia 'in voce' contra el acusado por dos delitos continuados de abusos sexuales. El magistrado le impuso dos años de cárcel, que no cumplirá ya que la sala acordó suspender la ejecución de la pena con la condición de que no delinca durante tres años. La Audiencia de Palma tuvo en cuenta que el joven es un delincuente primario, sin antecedentes penales, que ya ha indemnizado a las perjudicadas y se ha mostrado conforme con someterse a una terapia sexual. El letrado defensor pidió la suspensión de la condena, a lo que no se opuso la fiscalía ni las dos acusaciones particulares personadas.

La sentencia dictada ayer y que es firme ha apreciado las circunstancias atenuantes de reparación del daño y la de dilaciones indebidas debido a que el procesado pagó 1.000 euros a cada víctima antes de la celebración de la vista oral para resarcirlas y a que el procedimiento judicial ha sufrido retrasos por causas no imputables al sospechoso.

Además de los dos años de prisión, la Audiencia de Palma también ha impuesto al monitor la prohibición de aproximarse y comunicarse con las perjudicadas por un periodo de tres años, así como tampoco acercarse al centro de discapacitados de la ciudad en el que había trabajado durante este tiempo. La sala ha acordado la medida de libertad vigilada durante dos años en los que tendrá que seguir programas formativos de educación sexual.

Los hechos ocurrieron entre junio y diciembre de 2013, cuando el monitor aprovechaba los fines de semana en los que se quedaba a dormir en el centro de educación especial de Palma con varias personas discapacitadas a las que se encargaba de cuidar.

En varias ocasiones, efectuó tocamientos en los pechos y la zona genital a una joven de 30 años con síndrome de Down y una incapacidad del 73 por ciento. Abusó de ella en la ducha y en su cama, donde el procesado se recostaba y se colocaba encima de ella. Otras veces sometió a tocamientos íntimos a otra joven de 26 años en esas fechas y con una discapacidad del 78 por ciento con la que también se acostaba en su cama y a la que controlaba en las duchas.