Un monitor de un centro de discapacitados de Palma ha aceptado, tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía, dos años de cárcel por abusar sexualmente varias veces de dos jóvenes con profundas minusvalías. El acusado reconoce que durante seis meses las sometió a tocamientos tanto en las duchas del recinto como en las camas donde dormían las víctimas. El acuerdo considera al hombre autor de dos delitos de abusos sexuales continuados con las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño, ya que la causa judicial ha sufrido retrasos y el procesado ha indemnizado a cada una de las afectadas con 1.000 euros.

El acuerdo, firmado ya por el fiscal, el acusado, su abogado y los letrados de la acusación particular, contempla que el hombre, que participa ya en un programa formativo de educación sexual, no ingrese en prisión por los abusos al carecer de antecedentes penales. El ministerio público anuncia en el escrito que no se opondrá a la suspensión de la condena durante tres años.

Los hechos reconocidos por el procesado, J.P.P.M., de 34 años, ocurrieron entre junio y diciembre de 2013, cuando trabajaba como monitor en una entidad para personas discapacitadas. El hombre pernoctaba en el centro, circunstancia que aprovechó para cometer los abusos. Una de las víctimas era una joven de 30 años, con síndrome de Down y una incapacidad reconocida del 73%. El monitor la abordaba en las duchas o en la cama, recostándose a su lado y sometiéndola a tocamientos en los pechos y la vagina. La otra afectada, de 29 años y que padece una discapacidad del 78%, sufrió abusos similares. El hombre la manoseaba con la excusa de controlar posibles ataques de epilepsia.

El acusado fue detenido por primera vez en noviembre de 2013, después de que cuatro discapacitadas de un centro de Marratxí, donde había trabajado hasta 2007, relataran durante una charla de educación sexual los abusos sufridos años atrás. La Guardia Civil arrestó al hombre pero no pudo aclararse cuándo habrían ocurrido los abusos y en qué consistieron, por lo que se consideró que los delitos habían prescrito.

Los investigadores del instituto armado, sin embargo, continuaron con las pesquisas y descubrieron que el sospechoso estaba trabajando en otro centro de discapacitados de Palma. Como ha reconocido ahora él mismo, entre junio y diciembre de 2013 abusó de dos usuarias de esa entidad.

J.P.P.M. fue detenido otra vez en enero de 2014. El juez de guardia le dejó en libertad, prohibiéndole acercarse a menos de 100 metros de las víctimas y obligándole a solicitar autorización judicial para salir de Mallorca. El acuerdo al que ha llegado con la fiscalía mantiene la orden de alejamiento de las jóvenes durante tres años. El pacto contempla también que el hombre sea sometido a dos años de libertad vigilada y participe en programas formativos de educación sexual, a los que empezó a acudir a principios del pasado verano.

La conformidad entre las partes se firmó la semana pasada y culminará la semana próxima, cuando está señalada la vista en la Audiencia Provincial en el que está previsto que el acuerdo se convierta en una sentencia firme.