El Supremo rechaza que en la condena haya influido un estado de opinión proclive a un castigo severo debido a la difusión del vídeo de la agresión: "Si esa difusión suscitó rechazo y repugnancia en la opinión pública es porque los hechos despiertan igual rechazo de la ley, del ordenamiento penal". El Alto Tribunal destaca que es patente el abuso de autoridad y, sobre la falta de respeto del detenido a los agentes, señala que "no puede ser atajada por el policía de forma tan contundente y desproporcionada como ilegal y delictiva".