Un grupo de socorristas logró salvar ayer a un bebé de ocho meses que dejó de respirar y convulsionaba en la playa de Cala Major, en Palma. Los rescatadores de Emergències Setmil no habían comenzado todavía la jornada laboral, pero estaban entrenando en la arena cuando el padre de la pequeña les pidió ayuda. Lograron recuperarla y, tras estabilizarla, fue trasladada a Son Espases para ser sometida a varias pruebas.

Los hechos ocurrieron poco después de las nueve y media de la mañana, cuando una pareja de turistas alemanes y su bebé de ocho meses se encontraban en la orilla de la playa. La pequeña apenas tenía los pies metidos en el agua cuando empezó a convulsionar y sufrió una parada respiratoria.

Aunque la jornada laboral de los socorristas que atienden esa playa no empieza hasta las diez, varios de ellos estaban ya allí realizando ejercicios de entrenamiento. El padre, muy nervioso, les pidió ayuda y les entregó a su hija.

Los efectivos de emergencias reaccionar con rapidez. La menor fue atendida inicialmente por dos socorristas, pero al final fueron cinco los que colaboraron para salvarle la vida.

Según explicaron fuentes de Emergències Setmil, los socorristas le insuflaron aire varias veces hasta que la víctima volvió a respirar por sí misma. El padre, cuando comprobó que el bebé se había recuperado, sufrió un desmayo y tuvo que ser atendido, aunque recobró el sentido enseguida.

Al lugar acudió entonces una ambulancia de Soporte Vital Avanzada (SVA), cuyos efectivos estabilizaron a la niña y la trasladaron después al hospital Son Espases. Estaba previsto que los médicos la sometieran a varias pruebas para conocer los motivos por los que sufrió las convulsiones y dejó de respirar.

Desde Emergències Setmil, la empresa que cubre el servicio de socorrismo en Cala Major, recordaron que es necesario adaptar los horarios de los equipos de emergencias al de los bañistas, ya que los rescatadores no estaban todavía trabajando.