Marcos Nogueira, el padre de la familia que la Guardia Civil encontró este fin de semana descuartizada en el chalé de Pioz (Guadalajara), había abandonado Brasil hacía tres años para venir a España, donde trabajó de camarero en Alcalá de Henares (Madrid).

Marcos y su mujer, Janaína Americo, ambos de 39 años, viajaron a España con su hija dejando atrás su vida en Joao Pessoa, capital y localidad más poblada del Estado de Paraíba, al nordeste de Brasil. Fue aquí donde nació su hijo pequeño, de apenas un año.

Los detalles los ha ofrecido a la prensa de Brasil un cuñado de la mujer hallada muerta junto con su familia, un hecho por el que sus allegados se enteraron viendo las noticias. Fue entonces cuando se pusieron en contacto con el Consulado General de Brasil, que les confirmó la identidad de los cuatro fallecidos, mediando desde entonces el Ministerio de Exteriores de este país.

Este familiar asegura que Marcos era gerente de un restaurante y que ella en la actualidad no trabajaba. "Hacía bastante tiempo que no teníamos contacto, creíamos que era porque se habían mudado y estaban sin internet", ha asegurado el cuñado de Janaína al portal de noticias de la red 'Globo'.

"No desconfiamos, a veces pasaba que se quedaban sin comunicación", añade este familiar. La aparente tranquilidad de la familia se puede comprobar en sus perfiles de redes sociales, desde el que mantenían hasta junio de este año contacto frecuente con amigos y familiares. Los medios locales apuntan que miembros de la familia tienen previsto viajar a Madrid este mismo martes.

Además, un hermano de Marcos, Valfran Campos, dijo a la televisión Globo que es "absurdo" insinuar que la pareja estuviera relacionada con el narcotráfico, después de que una fuente oficial dijera que "todo parece indicar" que el asesinato se debe a "un ajuste de cuentas".

El matrimonio no tenía antecedentes penales en España, según han confirmado a Europa Press fuentes de la Guardia Civil, que mantiene el hermetismo sobre la investigación del cuádruple asesinato, al estar bajo secreto de sumario por orden del Juzgado de Instrucción 1 de Guadalajara.

Los investigadores barajan que el matrimonio fue degollado y descuartizado hace un mes, y que los restos fueron depositados en bolsas de plástico de basura junto con el de sus dos hijos -que no fueron desmembrados- por unos sicarios que habrían viajado explícitamente para cometer este salvaje crimen a la urbanización La Arboleda.

El equipo de la Guardia Civil, apuntan fuentes de la investigación, se centra ahora en seguir el rastro de quienes accedieron en el último mes al chalé situado en la calle Los Sauces de esta urbanización con medio millar de casas, "un sitio tranquilo e ideal para esconderse", según reconocen los lugareños, lógicamente consternados por el sorprendente hallazgo tras la llamada de un vecino alertando por el mal olor.

En Pioz la pareja se había empadronado el 21 de junio, procedente de Torrejón de Ardoz (Madrid).

La investigación, en coordinación con el juzgado, la está llevando a cabo la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Guadalajara. Con estos agentes colabora el Equipo Central de Inspección Oculares del Instituto Armado, unos expertos desplazados desde Madrid para trabar de recabar huellas y restos biológicos en una vivienda en la que no había apenas muebles.