Marcos G.L. ha pasado de confesar que violó varias veces a su sobrina en 1996 y aceptar más de 14 años de cárcel a negar los hechos y asegurar que todo es fruto de una venganza. El hombre fue juzgado ayer, por segunda vez, en la Audiencia Provincial después de que el Tribunal Supremo anulara el fallo al considerarlo "contrario a la ley" por incumplir los requisitos para las sentencias de conformidad. La víctima insistió en que el procesado la forzó a practicarle felaciones y la penetró analmente en varias ocasiones, mientras su hijo aseguró que se masturbaba ante ellos y que intentaba que él y su prima mantuvieran relaciones sexuales ante él. La fiscalía reclama una condena de 25 años de cárcel.

"Soy inocente. No he cometido ningún delito. Lo que haya podido hacer [con la víctima] nunca ha sido con ánimo de obtener placer sexual", afirmó el procesado, en prisión preventiva desde que fue detenido a principios de 2014. El hombre, que no respondió al fiscal ni al abogado de la víctima, apuntó a una conspiración familiar como origen de la denuncia. A preguntas del tribunal, explicó que en 1989 fue arrestado por un caso de abusos que acabó archivado, en 2002 fue condenado a siete meses de cárcel por exhibicionismo y en 2007 aceptó tres años de cárcel por un robo con violencia e intimidación.

La víctima contó que no fue hasta 2012 cuando empezó a ser consciente de las agresiones sexuales sufridas. "Vi un documental sobre abusos a menores y me afectó mucho, pero no sabía por qué. Un día iba a tener relaciones con mi pareja, pero no pude. Lo aparté de una patada y recordé todo", señaló. Según su versión, el procesado se encargaba en 1996 de recoger del colegio y cuidar por las tardes a ella y a su primo, hijo del sospechoso. Tenían 4 y 5 años respectivamente. "Me llevaba al dormitorio y primero empezó con un par de besos y me ponía películas pornográficas. Fue in crescendo, hubo tocamientos y luego me obligó a hacerle felaciones cinco o seis veces. Yo le decía que no, porque no me gustaba, pero me cogía la cabeza y no me dejaba apartar", detalló. Además, explicó cómo en una ocasión el hombre la puso sobre la cama, la sujetó con fuerza y la penetró analmente pese a que le decía que le dolía. La joven agregó que también su primo sufrió esos actos sexuales: "Nos ponía películas pornográficas y nos obligaba a besarnos".

El chico ratificó esta versión y añadió que en ocasiones su padre intentó que penetrara a su prima. "Siempre se masturbaba delante de nosotros y casi todas las tardes se metía en la habitación con mi prima. A mí no me hacía nada", explicó el joven, que negó haberse confabulado con su prima para perjudicar a su padre.

La fiscalía acusa al procesado, que tiene ahora 60 años, de dos delitos continuados de agresión sexual con acceso carnal, por los que reclama penas que suman 25 años de prisión. Además, solicita que el hombre indemnice a la víctima con 24.000 euros por los daños morales sufridos como consecuencia de los abusos.

Está previsto que el juicio continúe hoy con la declaración de los psicólogos que han tratado a la víctima.