Dos jóvenes que se dedicaban a pintar enormes grafitis se han quedado sin los 25 aerosoles de diferentes colores que utilizaban porque la Policía Local de Palma les descubrió mientras actuaban en el torrente de sa Riera. Los agentes que estaban patrullando el parque por donde transcurre el cauce sorprendieron a los dos chicos en pleno proceso y, tras informarles de que cometían una ilegalidad, se incautaron de los botes de espray. Asimismo, levantaron acta por incumplir la ley de Seguridad Ciudadana, por lo que los chavales de 21 años se podrían enfrentar a una sanción económica.

Los jóvenes, acompañados por un par de amigos, acudieron a una zona apartada del torrente el pasado jueves por la tarde y se dispusieron a dibujar un grafiti basándose en un boceto creado previamente, también requisado, y en el que puede observarse una firma como las que utilizan muchos grafiteros. Cuando ya tenían el contorno definido, los policías locales les sorprendieron in fraganti.

Los chicos no tuvieron opción de escabullirse, pero alegaron en su defensa que no sabían que estaba prohibido pintar grafitis. Los agentes les indicaron que esta acción se contempla en la Ley 4/2015 y es sancionable, por lo que procedieron a llevarse los 25 aerosoles de colores, el citado boceto, un rotulador y un cúter, tal como enumeró ayer la Policía Local, que en el acta denuncia el incumplimiento de la conocida como 'ley mordaza' por pintar grafitis en el muro del cauce del torrente de sa Riera.

Permitido en la cárcel

Sin embargo, tal como avanzó el concejal de Modelo de Ciudad y Urbanismo, Antoni Noguera, el pasado sábado, los aficionados a la creación de arte urbano no tendrán ningún impedimento para pintar en dos de los muros exteriores de la antigua cárcel de Palma. Esta novedosa medida se iniciará en octubre y tiene como objetivo facilitar a estos jóvenes que desarrollen su creatividad con tranquilidad y libertad, sin tener que esconderse, resaltó el responsable político de Cort.

Mientras tanto, la Policía Local continúa vigilante para detectar grafitis ilegales, sobre todo los que dañan el patrimonio histórico, como los que aparecen de forma habitual en la parte rehabilitada del Baluard del Príncep, los que fueron pintados este verano en edificios protegidos en contra del turismo de masas y los que el pasado 25 de agosto se hallaron en el castillo de Bellver. Fueron dos autores diferentes la misma jornada y les imputaron sendos delitos contra el Patrimonio.