Unos ladrones de joyas están haciendo el agosto en el paseo Mallorca de Palma. Los delincuentes han actuado en los últimos días varios domicilios de la zona, en uno de los cuales consiguieron hacerse con un botín que ronda los 400.000 euros en alhajas. Eligen siempre viviendas vacías, cuyas puertas fuerzan tras cerciorarse de que no hay nadie en su interior. La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para aclarar la autoría de esta oleada de robos.
Uno de los golpes más importantes tuvo lugar a mediados de la semana pasada. Los delincuentes aprovecharon que el morador de una vivienda había salido durante la tarde para entrar por la fuerza, desencajando la puerta con una herramienta. Pese a que en ese piso había varios efectos de valor a la vista, como ordenadores, tabletas electrónicas, cámaras de fotos e incluso dinero en efectivo, no se llevaron nada de allí. Sin embargo, se hicieron con las llaves de la vivienda de enfrente, donde residen los padres del morador, que estaban en una mesilla del recibidor y no tenían ninguna indicación.
Así, lograron acceder a esta vivienda. Revolvieron varias estancias a conciencia y destrozaron un mueble en el que sospechaban que había joyas guardadas. De esta manera lograron hacerse con un botín que, según los perjudicados, ronda los 400.000 euros. Había todo tipo de alhajas que los propietarios habían ido regalándose durante toda la vida.
Los delincuentes dejaron en la escena varias herramientas utilizadas para cometer el robo, como un martillo y destornilladores. La Policía Científica no encontró en ellas ninguna huella que permita identificar a los delincuentes. Curiosamente, en la vivienda asaltada apareció un pendiente que los perjudiciados no reconocieron como suyo. Los agentes sospechan que puede tratarse de parte del botín de otro robo o que se le cayó a alguno de los delincuentes.
Durante las últimas semanas se han producido en la zona del paseo Mallorca varios robos similares que la Policía Nacional intenta relacionar. Los autores se centran en la búsqueda de joyas y desprecian otros objetos valiosos, lo que hace pensar a los agentes que tienen facilidades para dar salida a este tipo de productos en el mercado negro.
Los delincuentes estarían aprovechando que muchas viviendas de esa zona están desocupadas durante la época estival. Al parecer, llaman a los timbres de los domicilios donde pretenden actuar para cerciorarse de que no hay nadie en ese momento en su interior.
