Las vacaciones en Menorca de una familia catalana acabaron ayer de manera trágica. Un joven de 26 años mató a cuchilladas a su madre, de 60, hirió de gravedad a su padre, de 63, y provocó varios cortes a su hermano, de 30. Tras la agresión, el parricida trató de suicidarse asestándose varias puñaladas. Él y su padre permanecían hospitalizados en estado grave en un hospital de Maó. Según las declaraciones de sus allegados, el acusado había tenido problemas con las drogas y estaba ya en proceso de rehabilitación. La Policía Nacional intenta aclarar ahora el desencadenante del crimen e investiga si, como apuntaron los familiares, el sospechoso actuó en mitad de un brote psicótico.

Todo ocurrió hacia las dos de la madrugada de ayer en un chalé de la urbanización Son Blanc, a las afueras de Ciutadella, explicaron fuentes policiales. La vivienda es la segunda residencia de una familia afincada en Esplugues de Llobregat (Barcelona) que pasa allí los veranos. A esa hora, el hijo mayor escuchó unos ruidos y bajó desde su dormitorio a la planta baja para ver qué ocurría. Encontró a su hermano menor sentado en la terraza, muy alterado y con un cuchillo de cocina en las manos. Le preguntó qué hacía con el arma y trató de calmarlo. No lo consiguió y fue a avisar a sus padres, que dormían en la primera planta del inmueble.

La madre bajó para intentar calmar al joven. Unos minutos después, la mujer empezó a gritar. El padre y el hijo mayor corrieron al dormitorio del chico, de donde procedían los ruidos, y se toparon con una macabra escena: el joven estaba acuchillando a la mujer. Los dos hombres trataron de evitar la agresión, pero el acusado se volvió contra ellos. El padre recibió varias cuchilladas y su hijo sufrió cortes en los brazos. Pidieron auxilio al 112 y varias patrullas de la Policía Nacional y ambulancias del Ib-Salut acudieron al domicilio con premura.

Agentes y sanitarios encontraron a la madre tendida en el suelo, con heridas de arma blanca por todo el cuerpo. Estaba ya en parada cardiorrespiratoria y los esfuerzos para reanimarla fueron inútiles. La mujer falleció allí mismo. Junto a ella se encontraba el agresor, que había tratado de suicidarse clavándose el cuchillo varias veces en el pecho y el abdomen.

El sospechoso y su padre fue trasladados al hospital Mateu Orfila, en Maó. Ambos fueron intervenidos quirúrgicamente a lo largo del día de las graves lesiones sufridas. El presunto parricida permanecía por la tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), mientras su padre estaba ya fuera de peligro. El hermano mayor del acusado no precisó ser trasladado al hospital y fue atendido en el lugar de los hechos de los cortes sufridos. En el chalé se encontraban cuando ocurrieron los hechos un matrimonio y sus dos hijos menores de edad, amigos de los propietarios del chalé. Todos resultaron ilesos.

La Policía Nacional estaba a la espera de poder tomar declaración formalmente tanto al supuesto autor del crimen como a los testigos para esclarecer los motivos de la brutal agresión. Según explicó el hermano del sospechoso, este tuvo graves problemas de adicción a las drogas hace unos años y se había sometido a un tratamiento de rehabilitación que, aparentemente, había superado con éxito. Este familiar apuntó la posibilidad de que el acusado actuara en mitad de un brote psicótico, añadieron las mismas fuentes. Sin embargo, el sospechoso deberá ser sometido a un reconocimiento por parte del médico forense cuando se recupera de las heridas que él mismo se causó para confirmar esta hipótesis.