Un juzgado penal de Palma ha condenado a un año y diez meses de cárcel a un maltratador malí por propinar una paliza a su mujer con una silla en el domicilio familiar, en el barrio de Son Gotleu, desde donde la víctima trató de huir arrojándose al vacío de un tercer piso en diciembre de 2015. El acusado, de 42 años y preso por esta causa, discutió con su esposa cuando esta le comunicó que se quería separar. Molesto por la decisión, la golpeó con una silla en el rostro y el cuerpo. La perjudicada trató de escapar y se refugió en una habitación de la casa, pero el agresor la persiguió con un cuchillo en la mano. La mujer, presa del pánico, saltó por la ventana del tercer piso para huir y resultó herida. Salvó la vida gracias a que unos tendederos y un tejado de uralita frenaron su caída.

El magistrado ha impuesto diez meses y quince días de prisión al sospechoso por un delito de violencia machista con la circunstancia agravante de reincidencia, ya que en 2007 fue condenado por causar lesiones graves a su esposa y en 2014, por maltratar a su hijo. Además, hay que sumar otras dos penas de seis meses de cárcel por un delito de amenazas y otro de quebrantamiento de medida cautelar debido a que el maltratador le hizo llegar a su mujer un mensaje a través de una tercera persona en el que le decía que estaba muy disgustado y que quería que hiciera lo posible para sacarle de la cárcel, pese a que tenía vigente una orden judicial que le prohibía aproximarse y comunicarse con la víctima.

La sentencia, que aún no es firme, ha absuelto al hombre de un delito de malos tratos habituales del que le acusaba el fiscal, al no existir pruebas de cargo suficientes y ante las dudas surgidas, ya que la propia perjudicada realizó una declaración "ciertamente confusa" en el juicio.

Por vía de responsabilidad civil, el juez fija una indemnización de 780 euros por los perjuicios ocasionados a la mujer. Además, el fallo impone al imputado tres años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas, así como la prohibición de acercarse a la víctima y comunicarse con ella por un periodo de diez años.

Según se declara probado, el maltratador, de 42 años y originario de Mali, con dos condenas anteriores por pegar a su esposa y a su hijo, el pasado 1 de diciembre de 2015 empezó a discutir con su mujer cuando ambos se hallaban en el domicilio que compartían en un tercer piso de un inmueble ubicado en el pasaje Siete Picos, en el barrio palmesano de Son Gotleu. La disputa se produjo cuando ella le informó de que se quería separar.

Amenazas con un cuchillo

El hombre, molesto por la decisión de su esposa, con ánimo de causarle un detrimento físico, la golpeó en la cara y en el cuerpo con una silla. La afectada huyó y se refugió en una habitación. Acto seguido, el varón se presentó en la estancia tras perseguir a la víctima con un cuchillo en la mano.

La perjudicada, presa de un gran temor y en estado de pánico, al verse acorralada por su marido que blandía un arma blanca, saltó por la ventana desde el tercer piso para tratar de escapar. Su caída fue amortiguada por unos tendederos hasta impactar sobre un toldo de uralita. Estas circunstancias evitaron que sufriera heridas de gravedad.

Así, la víctima, como consecuencia de los hechos descritos, resultó lesionada con dermoabrasiones en el hombro izquierdo, herida en cuatro dedos de la mano izquierda y dolor en el pie izquierdo. Precisó una primera asistencia médica y tardó 22 días en curar de las lesiones, según se desprende de la sentencia.

Un día después de recibir la paliza, el maltratador fue detenido y enviado a prisión provisional sin fianza por orden judicial. El juzgado de instrucción también acordó adoptar una orden de protección y prohibió al hombre aproximarse y comunicarse con su mujer. Pese a ello, el recluso, a través de una tercera persona, le hizo llegar a su esposa un mensaje en el que le indicaba que estaba muy disgustado y que quería que hiciera lo posible para sacarle de la cárcel. Este mensaje causó en la perjudicada nuevo temor a represalias por parte del acusado.

El sospechoso consignó en el juzgado la cantidad de 100 euros para que le fueran entregados a la víctima en concepto de responsabilidad civil. El maltratador confesó en el juicio haber amenazado a la mujer y haberla agredido con una silla el pasado 1 de diciembre.